Las Repúblicas nace sin complejos, y por tanto valedor de la información en libertad. Para los que componemos este proyecto editorial, era un verdadero honor, poder contar, en el día de nuestra puesta de largo, con la participación del legítimo President de Catalunya, Molt Honorable Carles Puigdemont. Movimos los hilos necesarios, y no hubo el menor problema para conseguirlo.
Nos habíamos saludado, alguna que otra vez, de paso en el Parlament de Catalunya, pero sin llegar a mantener una conversación. Me había comentado, que, en el trato, era persona sencilla, afable y cercana, pero nada más cruzar la puerta de la Casa de la República y encontrarnos, pude comprobar, con creces mis expectativas.
En efecto, me encuentro ante un President entero, fuerte y decidido, a pesar, de cómo el mismo me indica, es dura la vida lejos de su tierra. Prepara de forma personal un café que me sirve, me trae el azúcar y pasamos a sentarnos, momentos estos previos, que hacen ya inútil cualquier intento de entrevista al uso de preguntas – repuestas, por lo que decido dejar que fluya con conversación por sí misma.
Debo ser sincero, y me es más que difícil separar la conversación personal de la de interés periodístico. No quería que mi entrevista se centrara en los temas catalanes, sino en cómo veía la situación política actual en Andalucía, ya que la considero de más interés para el futuro de las relaciones entre andaluces y catalanes, ya que, insistir sobre la situación de Catalunya, en estos momentos de tanta actividad informativa entorno al Juicio, me resultaba reiterativa.
Lo primero que le pregunto es cómo ha visto los resultados de las elecciones andaluzas, a lo que me responde de forma rápida
“Las seguí con mucha atención, del mismo modo que puedo seguir las elecciones de cualquier otro país europeo. Debo decirte que, una vez visto los resultados, he profundizado en ellos, analizando los mismo por provincias y pueblos, por lo que debo resaltar que, el resultado obtenido por la ultraderecha, tiene mucho más calado, que los análisis simplistas que ha realizado gran parte de la prensa oficialista. Habrá que estar atento a la evolución el nuevo gobierno andaluz para poder sacar conclusiones. Pero desde luego, esa España que representa la política de la extrema derecha, es la España de la que nos queremos ir, ya que aún no ha roto con el franquismo y, por tanto, está aún lejos de ser una democracia”
De inmediato me asalta otra directa ¿President, los catalanes desprecian a los andaluces? Me responde de forma rápida:
“Yo le pediría a todo el mundo que hiciera uso del derecho a la duda. Que dude siempre sobre ese tema, haga un doble click, que profundice, y no se deje arrastrar por toda la información deformada que les llega. ¡Cómo vamos los catalanes despreciar a nadie, si más del 70% de los mismos, son, y descienden de otros pueblos! No de ahora, sino de siempre, ya que Catalunya ha hecho suya, e incorporados, como parte del pueblo catalán, a todos los que llegan. Los que opinan eso, es que no se han molestado en conocernos”
President, siempre he pensado que el mejor modo de hacer frente a los enemigos de la democracia, es con la unidad de los republicanos, por tanto ¿cómo vería una posible colaboración electoral con fuerzas políticas andaluzas?
“En eso coincidimos. En el caso de las europeas, yo soy partidario de que hubiese una lista unitaria republicana con la que poder conseguir una verdadera fuerza catalana en el Parlamento Europea, pero en caso contrario, se podría barajar la posibilidad de una confluencia más abierta, contando fuerzas políticas republicanas que apuesten por el derecho a la autodeterminación de los pueblos, y desde luego, en principio Andalucía sería bien acogida, ya que apreciamos su voluntad política republicana”
Le comento, que la Asamblea Nacional Catalana, SUMATE y muchos catalanes y catalanes, a modo personal, estará presente el próximo 28 de febrero, día de Andalucía, en Sevilla acompañando y apoyando, junto a la Asamblea Nacional Andaluza, al pueblo andaluz en estos momentos tan duros para la democracia. Hecho este que se produce por primera vez, y que, en la misma, se portará una pancarta unitaria de apoyo a los presos políticos y al derecho a la autodeterminación de los pueblos, a lo que me contesta:
“Ese camino. El actual modelo de Estado es poderoso, y nos corresponde a todos estar unidos en el objetivo de cambiar las estructuras, para, desde ahí, conseguir el legítimo y democrático derecho a decidir. Desde la unidad de acción de los republicanos, tanto en esta ocasión en Sevilla, en Catalunya, o en cualquier otra ocasión o lugar, será el modo de conseguirlo. Debemos ampliar en lo posible, el intercambio de apoyo para demostrar que, entre republicanos, solo hay, buena sintonía y máxima colaboración, en contra de lo que dice el unionismo, en su pretensión de fracturar y dividir a la sociedad”
De las preguntas directas volvemos a la conversación abierta para coincidir en lo que, cada vez queda más en evidencia, que el problema que sufre el actual Estado español, no es Catalunya como intentan, una y otra vez, confundir a la opinión pública, sino un verdadero problema de democracia y libertades. Por ello, el próximo juicio a los presos políticos, será una ocasión para que, Europa, entienda que España está aún lejos de los estándares democráticos europeos.
Comienza a irse la luz del día que inundaba el salón de la Casa de la República en Waterloo, y el President enciende la luz de la lámpara entre los sillones donde estamos conversando. No tiene prisa. Se encuentra a gusto y agradecido por nuestra visita. Yo más, pero no quiero robar más tiempo ya que ha sido generoso, pero tiene una agenda apretada. Ha llegado el momento de despedirnos y de las fotos, para que le pido que elija dónde quiere posar. No tiene duda, posa ante un cuadro pintado por un Mosso d’Esquadra al que le tiene todo el cariño. Sobran las palabras.
Me despido del President muy agradecido por recibirme, y me despido con el deseo de poder invitarle en mi Andalucía a un buen espeto de sardinas, en su primera visita oficial a mi tierra como President de la República de Catalunya libre e independiente.