Es más que público que Andalucía alberga dos de las bases militares más importantes, no solo de la Península Ibérica, sino de Europa. Nos referimos a la conocida como Base Aeronaval de Rota (Cádiz), y a la menos conocida, pero de igual o mayor importancia, la Base Aérea de Morón de la Frontera (Sevilla), ambas de vital importancia para las FFAA del actual Estado español, pero del mismo modo, fundamentales para la OTAN y de forma más precisa para el Ejército de los Estados Unidos.
La más conocida, sin duda, Rota, que alberga toda la fuerza de proyección estratégica de la Armada Española con sus buques anfibios Galicia y Castilla; del mismo modo el Buque de Proyección Estratégica BPE Juan Carlos I que, a su vez, hace de verdadero porta aeronaves, de forma más precisa de los ya al borde de su vida útil, los aviones AV-8B Harrier II de despegue vertical, y la flotilla de helicópteros, tres buques que dan soporte a la capacidad de proyección de las Fuerzas Armadas Españolas, y de forma muy especial a la Infantería de Marina española, la más antigua del mundo.
Del mismo modo alberga la 31 escuadrilla de escoltas, fragatas de la Serie F-80 al borde de la obsolescencia, que serán sustituidas a partir de mediados de la próxima década por la nueva serie F-110, Así como de forma temporal acoge al resto de la flota española. Una base de vital importancia, no sólo por lo que alberga, sino por la situación geoestratégica, justo en el control de estrecho de Gibraltar.
Pero todo ello no es lo más importante. Lo que en realidad lo hace importante es que la OTAN, de forma más explícita la Marina de los Estados Unidos, tiene allí destacada de forma permanente, que para eso pagan, cuatro destructores de la clase Arleigh Burke, dotados de forma especial para la lucha anti misiles, más conocida como Escudo Anti Misiles que protege a Europa de hipotéticos ataques con misiles. Pero del mismo modo hay que resaltar que la implicación de la Armada Española con este sistema más que importante, ya que las fragatas españolas de la clase F-100 hacen de escoltas a las americanas, al ser las únicas dentro de Europa con el mismo sistema AEGIS, capaces de estar a la altura de las US NAVY, por lo que es normal verlas desplegadas en Rota.
Todo ello coloca a la Base de Rota, como el verdadero vector de defensa estratégica de la OTAN, potenciada, y no es cuestión menor, desde hace poco tiempo, con el traslado debido el Brexit Británico, sí el Brexit también tiene su influencia en lo militar, ya que, Rota, albergará el Cuartel General de la Operación Atlanta a partir del 29 de marzo de 2019, que en estos momentos se encuentra la Base Inglesa de Northwood, con lo que la importancia de la Base roteña aumenta aún más su importancia para la OTAN.
No se le queda atrás la Base Aérea de Morón, donde la Fuerza Aérea tiene desplegado gran parte de la punta de lanza del poder aéreo español. En la actualidad, la Base Aérea de Morón alberga el Ala 11 del Ejército del Aire de España, que está equipada con aviones de última generación Eurofighter Typhoon y el 221 Escuadrón, con los P-3 Orion de Patrulla Marítima, el 2.º Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (SEADA), el destacamento Permanente del Servicio de Vigilancia Aduanera, operado por el Ala 37, y el 2.º Batallón de Intervención en Emergencias de la Unidad Militar de Emergencias (UME- BIEM II). Pero, además, alberga el importante Escuadrón 496 ABS y el 18th SSS de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Para reforzar aún más la importancia de la misma, en junio de 2015 el gobierno español firmó un acuerdo con Estados Unidos por la que la presencia militar norteamericana en la base pasaba a ser permanente, permitiendo además la instalación de una base para posibles intervenciones militares en África, y una presencia de hasta 2.200 militares y 500 civiles norteamericanos, así como el estacionamiento de 26 aeronaves de las más modernas del actual arsenal del ejército de los Estado Unidos.
Un esfuerzo andaluz que, por el contrario, nada trae de compensación alguna ni a Andalucía ni al pueblo andaluz. Todo un enjambre militar de mucho calado, que nos retrotrae a los años “de la leche en polvo”, con polvo pero sin leche, a los años de una ocupación militar encubierta, en que Andalucía vuelve a ser el gran portaaviones permanente para el control mundial por el “Tío Sam”. Una operación que no es precisamente de defensa del hispano territorio, por lo que podría tener para Andalucía gravísimas consecuencias.
Ya las tiene: si es cierto que ambas bases aportan un determinado número de empleos en ambas ciudades y en su entorno -Arahal, Montellano, El Coronil en un caso, Chipiona, el Puerto de Santa María y Jerez en el otro- no es menos cierto que los conflictos laborales sufridos recientemente en ambas bases, con más virulencia en la de Morón, dicen muy poco a favor de las condiciones de trabajo, de la remuneración y del “esfuerzo” -si lo hubiera- de las autoridades españolas. El espacio físico ocupado por las bases detraen terreno a la agricultura, la industria y el turismo, actividades bastante más productivas económicamente para la población y para la elevación de su nivel de vida en general.
Nadie discute la necesidad de organizarse para la defensa, para lo que haría falta que esas bases fueran realmente útiles para la defensa de nuestro territorio y, al contrario, no constituyan un alto riesgo latente para la población, pues serían los primeros objetivos militares en caso de conflicto. No hay que ser catastrofista para comprender que un missil sobre las bases de Rota o Morón, desencadenaría una explosión en cadena del armamento almacenado, el convencional y el nuclear, aunque este último se niegue, sin que nunca se hayan aportado pruebas de su inexistencia.
Por lo tanto, la pregunta no es “¿por qué bases?”, sino por qué esta concentración en Andalucía.
Para las poblaciones que las albergan, cabe decir que las soportan, la compensación que suponen los puestos de trabajo y el posible consumo de la población militar en ambas ciudades, es mínimo en comparación con lo que podrían aportar esos terrenos en agricultura sostenible, industria adecuada y turismo no invasivo. Es esa diferencia, cuantificable con un poco de buena voluntad y otro de capacidad numérica, aumentado en proporción al posible daño, también mensurable, que ya está recibiendo por la falta de un adecuado aprovechamiento económico, más el que se derivaría de una conflagración -que para eso existen, aunque en teoría se les llame “preventivas”-, es esa diferencia, decimos, la que Andalucía, empezando por las propias ciudades que las soportan -Rota, Arahal y Morón-, debe recibir como justa correspondencia, desde las arcas españolas, otánicas y estadounidenses.
Quizá hoy tenga poco sentido oponerse a la existencia de esas bases. O quizá más que sentido lo que tenga sea poco resultado. Motivo de más para constatar que sí tiene sentido, y mucho, percibir una compensación justa. Que, si tuviera que ser aproximada, que sea por arriba, no por abajo, porque hay que compensar los costos totales de la permanencia de ese arsenal en territorio andaluz. Y una última consideración: que no se pueda interpretar (que ya lo dijo el torero: “hay gente pa tó”), que estamos vendiendo el territorio andaluz. En absoluto. Todo lo contrario. Ni vendemos ni alquilamos. Andalucía siempre mantendrá el derecho sobre esos terrenos. Solamente, en nombre de un mínimo de Justicia legal y social, reclamamos una compensación, proporcional al perjuicio que nos aportan las bases.