Madrid.- Primera jornada tensa e intensa del juicio contra el independentismo. Si dentro de la Sala de Vistas se ha visto por primera vez a los nueve presos políticos juntos desde su ingreso en prisión hace un año y medio, en los alrededores del Tribunal Supremo se ha vivido un episodio de unidad cívica y política soberanista.
A primera hora de la mañana se han concentrado los principales líderes de Junts per Catalunya, Esquerra Republicana de Cataluña, la CUP, el PDeCAT, la ANC y Òmnium Cultural. En el encuentro se ha añadido incluso una representación de los comunes. La sorpresa ha llegado cuando ha hecho acto de presencia el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que no tenía previsto estar allí pero ha querido acompañar a sus compañeros independentistas antes de entrar al Supremo para seguir el primer día de juicio.
Todos ellos han expresado su indignación por lo que consideran que será un juicio totalmente «injusto», que «vulnera» claramente los derechos humanos fundamentales de los acusados. Además, desde el President del Parlament, Roger Torrent, hasta los lideres de las entidades sociales, Elisenda Paluzie –ancià – y Marcel Mauri – Òmnium -, han repetido que en Cataluña, «nunca se ha cometido ningún delito» porque aseguran que «votar», nunca puede estar perseguido ni reprimido. Los comunes, por su parte, han asegurado que «a pesar de no ser independentistas», la «persecución injusta» del Estado español también les afecta a ellos, y que siempre estarán al lado de la democracia.
Rifirrafe con la Policía española
Una vez han hecho las alocuciones todos los partidos políticos y las entidades, el grueso de la concentración ha arrancado su caminata hasta la plaza Villa de Paris, donde está ubicado el Tribunal Supremo. En todo momento han sido guiados por agentes de Policía española, con un fuerte dispositivo de seguridad.
Los han hecho ir hasta la plaza de Colón para subir la calle Génova y ya encarar el Supremo pero, a la hora de la verdad, los agentes han decidido enviar la comitiva a la acera contraria de donde está la plaza. El estupor de los políticos ha sido evidente y, al preguntar porque no les dejaban acceder, la respuesta literal de los agentes españoles ha sido que «por motivos de seguridad, no podían dejarlos pasar».
Partidos políticos y entidades han intentado explicar a los agentes que los custodiaban que tenían más que pactado con el departamento de prensa del Supremo que sí podrían estar ante las puertas del Supremo, pero los agentes les han recalcado que «nos da igual lo que haya pactado, mandamos nosotros «.
La «solución»
Hasta media hora después, con una comitiva de un centenar de personas atrapadas en medio de la calle Génova, la Policía española no ha encontrado respuesta a la situación. Han decidido que, para poder entrar en el Supremo, la concentración tenía que volver a su punto de origen, en la confluencia de la calle Recoletos y Bárbara de Braganza – unos 200 metros más allá.
Mientras tanto, al otro lado de Génova, más cerca del Tribunal Supremo, había organizada una concentración españolista, con varias banderas de carácter falangista. El intercambio de gritos ha sido instantáneo. Han empezado los unionistas, repitiendo improperios como «separatistas terroristas», «Torra y Puigdemont, a prisión» y «no nos engañan Cataluña es España». La respuesta del independentismo, limitarse a pedir la libertad de los presos políticos. Las concentraciones, sin embargo, no se han encontrado en ningún momento gracias a un gran dispositivo policial, que ha llegado a cortar la calle para evitar situaciones de mayor tensión.
Finalmente, ya con la primera sesión del juicio iniciada, el total de la concentración independentista ha podido llegar a las puertas del Supremo. El mal humor por las «negligencias» de la Policía española no pudo con las ganas de dar calor y apoyo a los doce encausados.