Crónica desde el Supremo, 13 de febrero
Las acusaciones
Los relatos de las acusaciones aumentan las ganas de declarar de los presos políticos.
Las defensas de los nueve presos admiten que el discurso marcadamente político de la Fiscalía demuestra que no tienen ningún argumento jurídico que sustente la rebelión violenta y les acusan de crear un relato ficticio.
Segunda jornada del juicio marcada por las palabras del Ministerio Fiscal, la Abogacía del Estado y la ultra derecha de VOX. Entre otros argumentos, las acusaciones han asegurado que el juicio «no es contra el ideario independentista» sino por los delitos «graves» que presuntamente se han cometido contra la democracia y la Constitución española.
Las tres partes se han hartado de repetir que «no es un juicio político sino jurídico». Sin embargo, menos la Abogacía del Estado, que ha intentado construir un relato más técnico, Fiscalía y VOX han puesto el foco en motivos mucho más allá del marco legal para sustentar sus acusaciones.
De inicio, el Fiscal Javier Zaragoza ha acusado a los presos políticos de atentar contra el orden constitucional español a través de la vía unilateral. «Aunque ser independentista no es delito», ha dicho Zaragoza, «romper el diálogo y apostar por caminos ilegales sí lo es».
Asimismo, para reafirmarse en que ha sido un proceso violento, el Ministerio Fiscal ha culpado a los líderes independentistas de los mil heridos durante el 1 de octubre. «Arrojaron gente a la calle utilizándolos como murallas humanas en contra de las actuaciones judiciales de las fuerzas de seguridad españolas, sabiendo que ello conllevaría violencia», ha dicho desde la Fiscalía.
Además de estas acusaciones, la Fiscalía ha centrado su atención en la supuesta organización «coordinada y organizada» de las Instituciones y entidades que lo tenían «todo planeado, incluso el uso de la violencia», para romper con España.
Los presos quieren hablar
Por ese motivo, viendo que las acusaciones han sido incapaces de plantear nada que haga temblar el punto de vista de los doce acusados, varias fuentes de las defensas han asegurado que los presos tienen aún más ganas de empezar a declarar.
Por ejemplo, Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart llevan más de un año expresándose a través de cartas, entrevistas escritas o tuits. Por eso, sus equipos legales aseguran que no ven la hora de poder responder, en sede judicial, a las preguntas de «qué pasó durante el proceso».
Orden de interrogatorios
El primero en ser llamado a declarar será, si nada cambia en los planes del Tribunal, el vicepresidente del Gobierno Puigdemont, Oriol Junqueras. La expectación, dentro y fuera de la Sala de Vistas, será máxima para escuchar la voz del líder de ERC.
Le seguirán el resto de miembros del ejecutivo: Joaquim Forn (consejero de Interior), Jordi Turull (Presidencia), Raül Romeva (departamento de Exteriores), Josep Rull (Territorio y Sostenibilidad), Dolors Bassa (consejera de Trabajo) , Meritxell Borràs (Gobernación y Administraciones Públicas), Carles Mundó (departamento de Justicia) y Santi Vila (Empresa y Conocimiento).
Seguidamente, será el turno de los líderes sociales Jordi Sànchez (ANC) y Jordi Cuixart (Òmnium Cultural). Por último, la Presidenta del Parlamento, Carme Forcadell.
Cómo serán las declaraciones
También se especula mucho sobre las duraciones de los interrogatorios. Lo cierto es que dependerá, en gran medida, de a qué partes decidan responder los acusados y a cuáles no. Si bien a VOX casi nadie tiene previsto dirigirle ni una sola palabra, las defensas aún no han desvelado si piensan responder o no a la Fiscalía.
En un principio, y probando que no hay nada que esconder, casi todo el mundo tenía previsto responder las preguntas de los fiscales presentes. Sin embargo, hasta el momento de declarar, no saldremos de dudas.
En cualquier caso, se calcula que varios de los interrogatorios pueden durar toda una jornada entera, sobre todo aquellos con más carga y trascendencia política.
Sea como sea, el jueves 14 de febrero será el momento de salir de dudas y, también, será el momento de volver a escuchar la voz de los nueve presos y presas políticas que llevan más de un año silenciados entre rejas.