Pedro Sánchez ha convocado elecciones, con la excusa de que no le han aprobado los presupuestos y de que soporta, por un lado, a la derecha dura del “trifachito” y, por otro lado, a los “malditos independentistas”.
Realmente ha convocado elecciones para salvarse y evitar una aprobación de unos presupuestos que contienen un déficit considerable y que nunca serían aprobados por la Unión Europea.
Las primeras encuestas publicadas garantizan una victoria socialista que daría un control en el Senado a Pedro Sánchez, quien sólo tendría que superar el principal escollo: convencer al líder de Ciudadanos de que no ejerciese un veto sobre su persona.
La convocatoria de elecciones ha cogido a todos los partidos por sorpresa y, uno de los más afectados, Ciudadanos, una vez hecho el pacto en Andalucía con la extrema derecha de Vox, necesita urgentemente centrar su posición y dejar claro que una vez superadas las municipales y autonómicas de mayo podrán pactar con el PP o con el PSOE sin ningún escrúpulo.
Este sería uno de los motivos que harían posible un acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos después de las elecciones de abril. Un pacto nefasto para las fuerzas republicanas e independentistas de todo el estado. Un acuerdo que a día de hoy parece imposible, pero que va camino de ser posible.
Sólo un pacto de todas las fuerzas republicanas e independentistas de todo el estado puede forzar un cambio radical que evite el acuerdo conservador entre el PSOE y Ciudadanos y que sirva de oportunidad para establecer un nuevo marco de relaciones entre los diferentes pueblos del estado.
Editores: Pedro Altamirano, Gemma Lapedriza y Joan Puig