La música no alegra la Puerta de Jerez, ni la fuente ni la estatua de Sevilla, cuando los viandantes conocen el motivo de la concentración: “Con lo que nos pagan no cubrimos los gastos de siembra, cuidado y recolección”. Esa es la clave. Las grandes superficies y las medianas –una de franquicias con sede en Madrid, la otra de Valencia, sin franquicias– que se les han sumado les suben, como mínimo 85 cm. Su beneficio neto es del 85%. Así se gana dinero. Cultivando, es imposible.
El PP y Ciudadanos quieren arruinar el campo andaluz, nos dice un agricultor, que está ofreciendo bolsas con naranjas a todos los transeúntes
Otro nos pone una bolsa en la mano, se detiene un momento y remacha lo que ha comentado su compañero:
- Yo no soy naranjero, soy aceitunero, estoy aquí, ayudando a los compañeros. Y es verdad, no hay derecho, lo que hacen con nosotros.
- Pues con la aceituna de mesa pasa lo mismo, añade el primero.
Se necesitan. Solamente la unión, la solidaridad, puede ayudar al débil. Las autoridades españolas, y las andaluzas, protegen al fuerte. Tienen que favorecer la naranja sudafricana, los tomates marroquíes, la uva americana, artificial, sin semilla, sin sabor, para que, a cambio, una gran empresa mantenga las redes de telefonía, para que los grandes bancos, creados por la brutal concentración, puedan mantener su negocio exterior. Son agricultores, pero no son tontos.
- Hacen sus negocios a costa de los agricultores. Para venderles camiones, lavadoras y frigoríficos tienen que comprarles. ¿Qué? Agricultura. Y a nosotros, que nos den…
Pero, ¿puede una nación vivir sin el campo?
- El campo es lo primero, es la base de todo. Sin el campo todo se viene abajo.
- Pues les da igual , apostilla otro que se ha unido al grupo, mientras entrega bolsas con naranjas a los sorprendidos caminantes. Quieren matar el campo andaluz, para favorecer a la industria del norte.
Ellos lo tienen claro. Pero, ¿de verdad lo tienen tan claro las autoridades? ¿De dónde piensan sacar sus sueldos los políticos que mandan en la Junta, si a la industria, ya destruida, suman la destrucción del campo? ¿A quién le cobrarán impuestos si el paro sigue aumentando?
Seguimos nuestro camino. Los naranjeros continúan su protesta con regalo. Se han dado cuenta, lo tienen muy claro.
