Hay quienes piensan que la República es una cosa, física y tangible, como una caja de zapatos, o un jamón de la sierra norte de Huelva. Nada más lejos de la realidad. La República, las repúblicas, es un concepto en sí mismo, ya sea española, catalana, andaluza o portuguesa. Un concepto de modelo de sociedad y de pensamiento ideológico, social, político, económico, cultural.
No hay nada más real que la República. Nada más alcanzable que la República. Nada más moderno, democrático y de futuro que la República. No existe modelo más vanguardista, justo y social que la República, y así podría pasar días explicando el concepto real de República. Aquellos que niegan este concepto básico democrático son los que, en verdad, no existen, por muy visibles que intenten ser.
Es por ello que oír de un miembro de los cuerpos de la seguridad gritando con desdén “La República no existe” es la más clara evidencia de lo que, en realidad, deja mucho que desear, que es la educación y formación de los miembros de dichas fuerzas, por lo que de falta de respeto tienen hacia el ciudadano que paga su salario con el impuesto de todos. Pero mucho peor es ver a una política, con aspiraciones de gobierno, desplazarse mil y pico de kilómetros para decir la misma tontería del “La República no existe” al legítimo President de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont, porque eso sí que es más que grave.
Además, ir a recordarle, con una pancarta de 70 euros, que ella no cree en la República catalana, ni en ninguna otra, que ella es muy súbdita del Rey, y aspirante a señora de la corte real, ha resultado, viejo y con olor a naftalina pasada. Pero, además, si vas, ve y llama a la puerta. Que te reciban, porque el President, en el ejercicio de sus funciones como tal, estará más que dispuesto a recibirte como jefa de la oposición en el Parlament de Catalunya.
Ya, ya, no hace falta que me digas que, como no crees en la República, pues para qué vas a ir a llamar a la puerta de la persona que, muy a tu pesar, fue elegido, de forma democrática, como President. ¿Ves la diferencia? Ves como la República sí existe. ¿Para qué vas a la casa de la Republica? Si la República no existiera no te molestarías en demostrar lo contrario. No te molestarías en intentar, de forma burda e infantil, que aquello en lo que según tú no crees existe en realidad. Tanto, que te haces una ‘jarta’ de kilómetros para decir lo que para ti es obvio. Si es que el subconsciente nos traiciona.
Tu patética aparición en la plaza ante la Casa de la República en Waterloo es la foto de la evidencia de lo evidente. Que la República existe, que tiene un President electo, que lo reconoces como tal y que, además, lo respetas como tal. Te ha faltado valor, sí valor. El valor suficiente para entrar por esa puerta que tenías abierta para que entraras a hablar con el President. Pero te falló la determinación, el convencimiento de tus ideales, te falló la fe en la democracia, en las instituciones catalanas y, en lo que es peor, en la libertad.
¿Y sabes por qué? Porque crees antes en tu actitud como súbdita a la posibilidad de ser ciudadana. Es por ello que los que somos republicanos sí creemos en la República, porque es real, en todo y cada uno de los actos que hacemos a diario, en nuestras convicciones democráticas y en la libertad personal que nos aporta la República. Sí, la República sí existe Sra. Arrimadas. Libérese de sus miedos y hágase republicana.
Pedro I. Altamirano
@altamiranoMLG