El próximo 28 de abril, una parte importante de la península ibérica, la que hizo una transición de la dictadura a la democracia con miedo, ha sido convocada a unas elecciones por culpa del miedo de Pedro Sánchez y el PSOE a perder buena parte del poder.
Una manifestación de los sectores más duros del franquismo disfrazados de PP, Cs y Vox, poco más de 40.000 personas, han roto a la frágil izquierda del PSOE y también, lógicamente, la de Podemos, siendo estos últimos la esperanza morada para cambiar y romper con el régimen del 78, si bien sus expectativas se han mostrado muy decepcionantes.
Desde la unidad de los verdaderos republicanos de diferentes pueblos ibéricos podremos derrotar al régimen, aún hoy vivo superviviente del franquismo. Las izquierdas españolas no tienen la valentía suficiente para romper con la monarquía que nos ata con el régimen del 78.
Solamente desde la unidad podremos detener a la extrema derecha ante una posible victoria de la derecha más retrógrada de los últimos años y una posible entrada en el Congreso de los Diputados de un buen número de diputados de Vox. La unidad de los verdaderos republicanos del Estado podrá parar y obligar a las fuerzas de la izquierda tradicional a no retroceder en la defensa de los derechos conseguidos estos últimos años y afrontar una verdadera revolución democrática que normalice la libre autodeterminación de los pueblos ibéricos.