El presidente de Òmnium ha contestado a la Fiscalía con la historia de la cohesión social en Cataluña, el muro infranqueable de la autodeterminación y algunas ‘longanizas’.
«Òmnium tiene 140.000 socios. Y es un honor presidir esta entidad y que algunos compañeros –presos políticos como yo– también sean socios «. Así ha comenzado la defensa del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, encarcelado desde el 16 de octubre de 2017, y acusado de rebelión, sedición y organización criminal por ser una de las voces referentes del derecho a la autodeterminación de Cataluña. Claro y conciso. En protección de la lengua catalana como herramienta de cohesión social y cultural, Cuixart ha comenzado su defensa alabando la tarea histórica de la entidad con más de 50 años de historia y de reconocimiento cultural.
«Soy independentista y con sentimientos republicanos», ha sentenciado. Asimismo, el presidente de Òmnium asegura que es «un preso político, no un político preso». Cuixart también ha querido dejar patente que su «prioridad» no es salir de la prisión, sino «seguir defendiendo el derecho a la autodeterminación de Cataluña». Además, constató que la función de la entidad cultural es «que los políticos escuchen la voz de la ciudadanía; y lo seguiremos haciendo».
En un momento determinado de la defensa, el fiscal Jaime Moreno ha recriminado a Cuixart que en mails de la entidad se hablara de «longanizas» y de una campaña que apelara el «tsunami democrático» para defender la campaña ‘llamada a la democracia’. Ha sido en este momento cuando Cuixart ha reivindicado este mismo «tsunami democrático» porque, aseguró, «queremos más democracia para Cataluña, España y, ojalá, para todo el mundo». Respecto a «las longanizas», Cuixart ha dicho que, en mails de carácter interno, utilizaban esta expresión de vez en cuando, «coloquialmente».
«Los derechos se ganan reivindicando más derechos»
«El derecho a la autodeterminación de Cataluña se gana votando», ha declarado el preso político. Más tarde, Cuixart ha reiterado que no renunciará «nunca» a ejercer sus derechos fundamentales. «Ni quiero, ni puedo», ha afirmado, «Con nuestra actitud militante, pacífica y serena haremos discurso de disconformidad». De hecho, el presidente ha añadido que «cuando nos encarcelaron a mí y a Sánchez, nos convertimos en referentes», aunque el presidente cultural ha asegurado que «no lo éramos».
20-S, «una convocatoria espontánea»
Si bien la primera convocatoria en los medios la hizo ‘El Mundo’ explicando qué pasaba en La Rambla ante la ‘Conselleria’ de Economía, Cuixart relata que la gente comenzó a protestar y «una vez llegamos decidimos asumir la convocatoria para garantizar el derecho a la autodeterminación».
Además, Cuixart ha reiterado que «no hubo violencia. No lo digo yo, lo dicen todos los medios». Mostrando su rechazo a los «daños» de los coches de la Guardia Civil, Cuixart ha asegurado con una sonrisa que tiene «mucho respeto» por todos los trabajadores públicos y el mobiliario urbano, pero «por más que sigamos hablando de los coches son los que son», contraponiendo la violencia del 1-O y los daños de los colegios electorales por parte de la policía española. El presidente ha concluido que «la gente en Cataluña rechaza las actitudes violentas. Yo soy antimilitarista, no me gusta la violencia«.
