No hay más que tirar de hemeroteca para ver cómo han cambiado las portadas de las revistas del corazón y los rostros que aparecen en televisión. Los primeros vestigios de lo que hoy se conoce como la prensa del corazón, o ‘prensa rosa’ surgen en España hace más de dos siglos, bajo el nombre de Crónica de Salones.
En ellas no sólo podías encontrarte bodas, ceremonias, actos, bailes y funciones de teatro sino también cotilleos y rumores de las reuniones y veladas de la alta sociedad.
Poco a poco el tono comienza a ser menos formal y se introducen elementos más morbosos que recogen escándalos e infidelidades que se sugieren sutilmente y que obligan al ‘salonista’ o cronista a ocultarse bajo un pseudónimo.
Además hay una premisa, relatar sin herir sensibilidades, lo que lo convierte en un género difícil que requiere de escritores con gran experiencia, estilo brillante, buena retórica, tacto y un conocimiento total de los protagonistas de la crónica, de su vida e historia.
Despues llegaron las revistas de la ‘prensa rosa’. los quioscos se inundaban de revistas de todo tipo, sobre los famosos de turno. Revistas especializadas que se podian encontrar puntualmente en cualquier papelería. Y por supuesto en peluquerías, dentistas, comercios, etc.
Desde la llegada de las levisiones privadas todo evolucionó profundamente. Ahora los ‘famosos del papel cuché’ son los que se dedican al faranduleo televisivo. Ahí nos encontramos con toda una jungla de personajes. Cada uno da su opinión sobre el tema en cuestión, sin mayor escrúpulo o reflexión.
Pero hay casos en los que alguno de estos ‘famosos’ da la cara y expresa algo más que, retorica barata o verborrea de peluquería. Es extraño que ningún personaje del corazón estatal se ‘moje’ por la política.
Pero si hay alguien que ha optado por posicionarse de manera inequívoca desde el principio ha sido Karmele Marchante. Esta señora, muy popular entre las TV del cotilleo, no solo se declara independentista, sino que lo demuestra activamente cuando tiene ocasión.
