Es como si, después de unos acuerdos de Gobierno en Andalucía realizados en Madrid PP, Cs y “sus apoyos”, actuaran independientes de sus sedes centrales. Habría que creerlo, si no fuera porque este -Andalucía- es su “laboratorio de pruebas”. El laboratorio funciona, aunque sólo busquen despojar de privilegios jurídicos a los miembros del PSOE, dado que el gobierno de los de sus partidos, está en otras comunidades. Lo cierto es que se han puesto manos a la obra, para eliminar los aforamientos, una decisión que ya estaba tomada y en marcha, por el gobierno de la coalición PSOE-Cs.
Ha sido precisamente Marín, el actual vicepresidente y Consejero de Justicia y regeneración, quien ha dado la noticia y, como es la moda, la dio en su cuenta de twitter. Faltó tiempo para que, inmediatamente el presidente Juan Manuel Moreno confirmara la “primicia” de Marín, seguido del portavoz y consejero de la presidencia, Elías Bendodo, quien añadió que el tema será abordado próximamente, en la reunión semanal del Ejecutivo. Con esto -dicen- empiezan a cumplir sus compromisos, incluidos en la relación de veintiuna medidas a impulsar en los cien primeros días de gobierno, aunque sólo tienen que continuar en el desarrollo y aplicación de una Ley, ya preparada por el Gobierno de Susana Díaz, con el acuerdo del propio Marín. La confirmación del presidente se produjo en un acto “de visibilidad oportuna”: durante la suelta de un lince en el Parque Nacional de Doñana.
Los del equipo naranja, que ya tuvieron fricciones con Susana Díaz por este mismo motivo, forzaron al PP a incluirlo entre los compromisos de gobierno. Han insistido en mantener el proyecto, porque sólo podrá incluirse si se reforma el Estatuto de Autonomía y la ocasión sería propicia para “ya que estamos”, darle un recorte que será muy aplaudido por el grupo del Juez Serrano. Los tres partidos están de acuerdo en reformar el Estatuto sin consultar a quienes lo aprobaron, el pueblo andaluz, en referéndum. Lo harán con el acuerdo de los dos tercios de la Cámara, cifra que no alcanza el tripartito, y luego tendrá que ser refrendado por el Congreso de los Diputados, que nadie sabe cómo quedará constituido, pero que no augura buenos resultados a azules ni a naranjas, ni, menos aún, los del “DJ”, Santiago Abascal, últimamente apodado “Santiago y cierra España”.
Adelante Andalucía está de acuerdo con eliminar los aforamientos pero queda la duda de si sus diputados apoyarán una moción de la ultraderecha tramontana. Por su parte, el PSOE también ha manifestado su acuerdo, pero lo vincula a una decisión a escala estatal. Pues dicen -con razón- que en caso contrario no tiene sentido. El partido de Sánchez parece tomar una decisión sensata en este caso, aunque ninguno de los cuatro -ellos mismos y los tres del tripartito- están dispuestos a eliminar los privilegios del aforamiento para los diputados, lo que pone la cosa muy difícil. Pero, al menos, en Andalucía podrán presumir de perseguir la plena honradez de los políticos y que todos seamos iguales ante la ley. Pero sólo en Andalucía.
