Si británicos y gibraltareños cumplen los acuerdos, Gibraltar dejará de ser un paraíso fiscal. Por una parte, esos acuerdos obligarían a que las empresas registrada en la roca, que tengan mayoría de sus activos o de sus ingresos en territorio español, y las personas físicas que pasen más de la mitad del año en el mismo territorio, deban pagar en él sus impuestos. Gibraltar, una ciudad de 30.000 habitantes, con más de 55.000 empresas dadas de alta, goza en estos momentos de una fuerte ventaja competitiva sobre el solar andaluz dónde se aloja y el reino de España del que actualmente forma parte Andalucía; esas ventajas desaparecerían con el acuerdo en cuanto sea definitiva la separación del Reino Unidos de la Unión Europea.
Después de cuatrocientos años imponiendo su voluntad, por primera vez Inglaterra se ha visto forzada a ceder algo. El “Brexit” Les obliga a aceptar el acuerdo con el reino de España, como parte de las condiciones de sus relaciones exteriores, para su salida de la Unión Europea. Ya desde Bruselas apuntaron al riesgo de que la salida del Reino Unido pudiera convertirse en un foco de prácticas desleales, desde el momento en que no se viera afectado por las reglas comunitarias. En el caso de Gibraltar se intenta limitar esa posibilidad con el acuerdo internacional entre Josep Borrell, ministro de Asuntos Exteriores, con el ministro británico de la presidencia encargado del Brexit, David Lington.
El gobierno espera que el acuerdo firmado hoy se aplique de inmediato, y tanto si Inglaterra se retira de la UE con o son acuerdo. Londres se ha negado hasta ahora a hacer concesiones, pero al final parece haberlo aceptado, ante el riesgo de que su colonia quede aislada del entorno comunitario. Ello es lo que les ha movido a llegar a acuerdos con España. Junto a las ventajas para empresas que sólo tienen en Gibraltar su sede, se incluyen otros acuerdos, entre ellos el de contrabando de tabaco, que se verá limitado por la subida de precio por parte de las autoridades gibraltareñas. El tabaco proveniente de Gibraltar resultará más caro, y las personas que dispongan de dos tercios de sus activos, vivan en territorio español más de 183 días al año, ó tengan su cónyuge en España, que actualmente estén considerados residentes fiscales en Gibraltar, perderán esta condición y deberán abonar sus impuestos en la Hacienda española. El Gobierno español asegura haber quitado el estímulo a residentes españoles que quieran radicar sus negocios en la roca.
El paro en Gibraltar es del 1%, frente al 35% en La Línea de la Concepción, su ciudad vecina que comparte frontera. Esta diferencia se debe, en gran medida, al carácter de paraíso fiscal de la colonia, dónde “residen” 55.000 empresas, empresas de la mayor parte de sus impuestos pero que, en conjunto, aportan a la roca una saneada economía. De estas 55000, deberán abonar sus impuestos en la hacienda española aquellas cuyos activos estén mayoritariamente en territorio español, o cuando sus ingresos procedan de dicho territorio, o cuando las personas que las gestionan sean aquí residentes fiscales, o la mayor parte de derechos sobre el capital los ejerzan nacionalizados españoles. Solamente aquellas constituidas antes del 16 de noviembre de 2018, y que puedan demostrar que el 75% de sus rentas derivan de actividad dentro de la propia Gibraltar, podrán seguir cotizando allí.
De todas formas, para que el acuerdo pueda tener éxito, será necesario el cruce de información, es decir, que la administración de Gibraltar comparta datos fiscales con la española. El “ministro principal” de Gibraltar, Fabian Picardo, ha manifestado su satisfacción por “haber podido alcanzar un acuerdo sobre este asunto, históricamente complicado”.
