La pregunta del padre, Antonio Machado y Álvarez “Demófilo”, escritor, antropólogo y folklorista, su “¿volveremos pronto a Sevilla?” se ha cumplido en sus hijos ciento veintiséis años después. Él volvió, para morir en su tierra. Su hijo Antonio, desterrado por “una de las dos Españas que te ha de partir el corazón”, continúa en Collioure y se piensa que allí permanecerá, tan lejos de la tierra que no llegó a comprender, impregnado de las llanuras y los cerros secos de su Castilla de adopción.
Pero en la obra de ambos poetas, distinta en su forma, prevalecen sus raíces andaluzas. La filosofía transmitida por su padre, uno de los primeros estudiosos del flamenco, y por su abuelo, Antonio Machado Núñez, animador de Demófilo. Y por su madre y por su abuela, mujeres también amantes de su tierra, en un momento en que la mujer está empezando a tomar conciencia de su papel como ser humano, no inferior al de ningún otro ser humano.
La exposición “Los Machado vuelven a Sevilla” se centra en los papeles de ambos hermanos, tanto familiares como artísticos, recopilados por la Fundación. En total más de cinco mil páginas, a las que hay que sumar fotografías y otros documentos. En los primeros días el éxito de público ha asegurado su continuidad y la ampliación de fechas y horarios, decidida por los organizadores, para que andaluces y visitantes puedan conocer desde cartas familiares a las obras de teatro escritas en común, unas publicadas y representadas y alguna todavía pendiente, porque las “circunstancias” provocadas en 1936 truncaron muchos proyectos. Ahora, la selección de esa obra, que puede verse en esta exposición, permite conocer más a fondo a ambos hermanos, escritores y poetas. También se ofrecen visitas guiadas, previa inscripción, y se promueve la asistencia de grupos escolares procedentes de toda Andalucía.
La muestra machadiana
La muestra que puede verse en el Centro de la Fundación Unicaja en Sevilla es una cuidada selección de todo el material documental custodiado. En la planta baja del edificio se pueden conocer manuscritos, obras terminadas y sin terminar y correspondencia personal y familiar. La planta alta está ocupada por la obra teatral conjunta. El recorrido comienza con la poesía de Manuel, con su “Canto a Andalucía” y el “Nuevo auto-retrato”, en primer término. Siguen escritos menos conocidos: la prosa, que quedó semioculta ante la fuerza de su poesía. Igual ocurre con Antonio, cuyo recorrido también comienza con la poesía, para continuar con algunos borradores y canciones dedicadas a Guiomar. Llegados a este punto, pueden verse escritos de ambos autores dedicados a la ciudad de Sevilla, así como un borrador de poema que Antonio dedicó a su padre.
A continuación, fotografías y cartas intercambiadas entre miembros de la familia, para acceder a la planta alta, como se ha dicho más atrás, dedicado al teatro que escribieron ambos, casi siempre en conjunto. Entre las obras inéditas, y por tanto desconocidas, aparece “La Diosa Razón”. Termina el recorrido un audiovisual sobre la historia del fondo documental recuperado por la Fundación Unicaja.