Es evidente que el apellido con pedigrí de esta noble está estrechamente ligado con los poderes fácticos del Estado desde el siglo XVI hasta la actualidad. Admás, su família ha tenido un papel y una trascendencia en la historia de la nación española. No hablamos de un familiar en concreto sino de la ascendencia de la candidata que demuestra que, desde hace siglos, forma parte del alto estamento de poder del Estado y que los Álvarez de Toledo han usado todos los medios (hasta los más violentos) para mantener la unidad de España y de sus territorios cuando fue un gran imperio, ahora en decadencia absoluta y que acabará de finalizar cuando Catalunya sea una República de pleno derecho.
A pesar de esta evidencia, Cayetana Álvarez de Toledo ha querido contestar, sin demasiado acierto, el artículo dedicado a su terrorífico apellido asegurando que «mis antepasados se comían separatistas crudos». Toda una declaración de intenciones.