El director del CNI, Félix Sanz Roldán, le confesó a Corinna Sayn Wittgenstein que el Rey emérito Don Juan Carlos, con quien la princesa alemana había mantenido una relación sentimental durante ocho años, estaba al corriente de todo el operativo desplegado en Mónaco para recuperar documentos comprometedores para el entonces Rey de España.
El Monarca organizó un almuerzo para presentar a su pareja sentimental al responsable de los servicios secretos. Aquel encuentro estaba enfocado para que el jefe del CNI se comprometiera a darle protección a su pareja. Por ello, el Rey no dudó en presentar a Corinna al general como “mi novia”. Era la misma expresión que Don Juan Carlos utilizaba para referirse a la mallorquina Marta Gayá. Entonces, también se refería a la mallorquina, en inglés, como su “girlfriend”, su novia.
Como indica parte de la noticia OkDiario , en un email a Corina, remitido por el general con el seudónimo de Paul Bon, el 17 de mayo de 2012 a las 17,33 y con el asunto “seguridad”, el general le aseguraba: “Por supuesto, Su Majestad ha sido informado de todo esto”.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein, consultora afincada en Mónaco próxima al Monarca Borbón, afirmaba en unas grabaciones realizadas por el comisario José Manuel Villarejo en el año 2015 que el rey Juan Carlos la utilizó como testaferro para ocultar patrimonio y propiedades en el extranjero, Mónaco incluido, y que contaba con cuentas en Suiza a nombre de su primo. “No porque me quiera mucho, sino porque resido en Mónaco”, matizo entonces Corina refiriéndose al Rey.
Según ella, el monarca español puso a su nombre varias propiedades para que nadie pudiera seguirles el rastro. Habla Corina de una estructura perfectamente organizada, de blanqueo, de evasión fiscal y de amenazas a ella y a sus hijos.
Eran unas fechas en las que Corinna ya se había percatado que con la excusa de su seguridad, le estaban sustrayendo sus documentos para blindar la imagen pública de SM y sus negocios internacionales. Estaba en juego la imagen pública del entonces Rey de España e, incluso, el futuro de la Monarquía.
El 18 de mayo, Corinna recibió un nuevo mensaje en el que Sanz Roldán hacía referencia una vez más a Don Juan Carlos, que permanecía convaleciente tras el accidente de cacería en Botswuana: “Su Majestad me ha pedido que contacte contigo por lo de tu seguridad”, le comunicaba el director del espionaje español.
No era ni la primera ni la última vez que se ponía en contacto con la princesa alemana en nombre de SM. Ya el 27 de abril, unos días después de que los mercenarios de Mónaco iniciaran su tarea para apartar de la circulación los documentos comprometedores para el monarca, le decía: “He sido designado por Su Majestad para informarle sobre las acciones realizadas en los últimos días”. Y una vez más firmaba con el seudónimo Paul Bon.
En un encuentro entre ambos en Londres “Corinna quedó tan contenta con el encuentro con el general que le escribió una carta a una amiga diciéndole que el viejo general de Uclés era ‘para comérselo’.
Aquella ficticia cordialidad del jefe del CNI en un encuentro, aparentemente amistoso, con la princesa alemana, a quien el Rey presentaba como su “novia”, se tradujo más tarde en una persecución obsesiva contra la ex pareja de Juan Carlos de Borbón.