La lectura de una carta de Raül Romeva en una reunión de ex eurodiputatos este pasado jueves en Bruselas en que el ex ‘conseller del Govern’ de Cataluña, ahora juzgado por los hechos del 1-O, lamenta la actitud del gobierno estatal ante el conflicto catalán ha provocado las críticas de tres exeurodiputados españoles, según ha podido saber la ACN (Agencia Catalana de Noticias) a través de personas que estaban allí.
Según LaRepública.cat, la carta la ha leído la exeurodiputada flamenca Nelly Maes y los políticos españoles que se han quejado son Ignasi Guardans (que en el Parlamento Europeo representaba CDC), Miguel Ángel Martínez y Manuel Medina (que lo eran por el PSOE).
Las fuentes presentes en la reunión han presenciado inexplicablemente como Medina ha pedido que la lectura de la carta no constara en el acta de la reunión, lo que, a su vez, ha sido criticado por algunos de los miembros de la asociación que estaban allí.
Aunque en la reunión de este jueves había varias decenas de personas, sólo quedaban una veintena de miembros al final del encuentro, cuando Maes ha leído la carta, según explicaron las mismas fuentes.
En la carta Romeva, que se define como una persona «pragmática», recuerda a sus colegas que mientras era eurodiputado les había pedido «muchas veces» ayuda para «iniciar una negociación» que permitiera «reconducir» el «problema», y ahora se la vuelve a pedir.
A su juicio, el Gobierno «no ha sabido, ni ha querido» hacer «lo que se supone hacen las democracias occidentales modernas: hacer política». Y critica que el Ejecutivo estatal ha querido «articular la diversidad de sus pueblos» por la vía de la «coerción, judicialización y represión«, en lugar de por la de la «libertad y democracia» que es la que él «había defendido siempre «en el Parlamento europeo.
Romeva se muestra contundente: «Estoy siendo juzgado por rebelión contra España, y estoy encarcelado provisionalmente desde hace más de un año porque todabía no hemos conseguido hablar. Estoy aquí por hacer política, y los que nos han puesto -en la carcel- lo han hecho porque han renunciado a hacer política«.
Y termina advirtiendo que Europa «no puede cerrar los ojos a esta realidad» porque «se juega su credibilidad«.
