Refugiado en la embajada de Ecuador desde agosto de 2012, Julian Assange habría pasado casi siete años, en el que su situación y el desencuentro con las autoridades de Ecuador han ido empeorando.
Catalunya y el procés independentista no han sido ajenos a las circunstancias de la evolución del cierre de Assange, sino todo lo contrario. El conflicto comenzó en septiembre de 2017, a raíz del referéndum del 1 de octubre.
Desde la cuenta de Twitter de WikiLeaks, Assange promovió una encuesta sobre el sentido del voto de los ciudadanos que tenían intención de participar en el 1-O. El resultado fue a favor de la independencia de manera abrumadora.
Government of Catalonia (7.5m people) holds a vote for independence on Oct 1. Spain’s police+intel are trying to stop it. Do you support:
— WikiLeaks (@wikileaks) 14 de septiembre de 2017
Más allá de esta iniciativa, Assange se posicionó claramente a favor de la celebración del referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional, a través de su cuenta de Twitter y también en una intervención por videoconferencia dirigida a los estudiantes que se habían encerrado en la Universidad de Barcelona.
Defendió que el ‘procés’ catalán es «pacífico y democrático» y recomendó aplicaciones y medidas para mejorar la ciberseguridad, al tiempo que alertaba de las posibles intromisiones de los gobiernos, que decía que podían acabar cortando la conexión a internet.
Durante la jornada del referéndum, hizo mensajes en Twitter hablando de «movilización masiva de la Policía Nacional y la Guardia Civil» para «atacar los centros de votación catalanes».
La relación de Assange con Catalunya había comenzado antes, durante la Diada, que siguió y difundió con una serie de mensajes a través de Twitter en el que planteaba que Europa, después del 1 de octubre, podría ver «el nacimiento de una nueva nación de siete millones y medio de habitantes o una guerra civil».
El 16 de octubre de 2017, Assange también se hizo eco de la detención de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez explicando que «España acaba de crear sus primeros prisioneros políticos de alto nivel en relación con el referéndum de Catalunya».
Durante el mes de octubre, Assange continuó haciéndose eco de la situación política en Catalunya, con tuits sobre la declaración de independencia suspendida por Carles Puigdemont el 10 de octubre y la intención del entonces presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, de salir adelante con la aplicación del artículo 155.
Y continuaba…
A raíz de su posicionamiento público a favor del ‘procés’, Assange fue advertido por el gobierno de Ecuador que dejara de opinar sobre Catalunya, con el argumento de que «su obligación» era «no hacer declaraciones o actividades que pudieran afectar a las relaciones internacionales del Ecuador (…) como ocurre con España «.
Después de un tiempo de silencio, Assange volvió a hablar sobre Catalunya a raíz de la detención de Carles Puigdemont en Alemania, en marzo de 2018. El fundador de WikiLeaks la comparaba con la detención del presidente Companys por parte de la Gestapo el 1940.
Fue la gota que colmó el vaso, para que, dos días después, el 28 de marzo, el gobierno de Ecuador anunciaba que había cortado el acceso de Assange a internet «ante el incumplimiento del compromiso escrito que asumió» en diciembre del 2017 «de no emitir mensajes que supusieran una injerencia con otros estados».
Cinco meses después, coincidiendo con el sexto aniversario del cierre de Assange en la delegación diplomática ecuatoriana en Londres, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, insistía en posibles represalias contra el fundador de WikiLeaks, a pesar de reconocer que ya no interfería en la soberanía de ningún país.
Entre estas medidas contra Assange, Moreno no descartaba la expulsión de la embajada, que se ha acabado produciendo al cabo de ocho meses.
Puigdemont se solidariza con Assange
El presidente legítimo de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha mostrado su «apoyo y solidaridad» con el fundador de Wikileaks: «Mi afecto personal ante esta situación injusta. La Unión Europea debe proteger derechos fundamentales, debe garantizar que la defensa de las libertades tendrá siempre amparo «.
Tot el meu suport i solidaritat a Julian Assange, i el meu afecte personal davant d’aquesta situació injusta. La Unió Europea ha de protegir drets fonamentals, ha de garantir que la defensa de les llibertats hi tindrà sempre empara. https://t.co/CmnXeD47Ll
— Carles Puigdemont (@KRLS) 11 de abril de 2019