El negocio es el negocio, por eso PSOE no puede estar más encantado con la ultraderecha de Vox. Como Antonio García Ferreras, Ana Rosa Quintana o Susana Griso. Es un filón. Vox eleva las audiencias de La Sexta, Antena 3 o Telecinco y, por supuesto, mejora con mucho las expectativas electorales del PSOE. ¿Y el bienestar de la ciudadanía?
Porque lo cierto es que el PSOE podría haber asumido su derrota en Andalucía y haber permitido el Gobierno a PP y Cs con la condición de dejar fuera a los extremistas de Vox. Haber pactado, además, que si era necesario el PSOE cedería el mismo número de escaños que tuviera la extrema derecha para darle la estabilidad que hiciera falta. Todo, con tal de impedir que los fascistas tuvieran poder. Porque lo cierto es que en Andalucía lo tienen.
Pero ello habría supuesto priorizar el interés general por encima del partidista y en aquel momento lo que se pretendía era que tanto PP como Cs se hicieran la foto con los radicales de Vox para que ello tuviera un coste electoral. Y es que el PSOE, como ‘Ferreras and friends’, solo entiende de su interés particular. Unos por los votos, los otros por la audiencia.
Esto no es nada nuevo, pero llegado el momento de pactar un debate electoral Pedro Sánchez, el actual presidente del Gobierno, se ha manejado con la misma lógica. Primero mis votos, después el bienestar ciudadano. Por ello, ha decidido hacer un debate electoral a cinco incluyendo a Vox, aunque ello sea dar voz al racismo, la homofobia, el franquismo o el machismo.
Y es que tanto el PSOE, al que le va genial en las encuestas, como los medios de comunicación más importantes de España están encantados con el destape del fascismo. Están encantados con Vox. Nos puede destrozar el futuro, pero da votos y eleva audiencias.
Luis Gonzalo Segura es exteniente expulsado por denunciar corrupción en el Ejército de Tierra y autor de Un paso al frente (2014), Código rojo (2015) y ‘El libro negro del Ejército español‘ (2017).