El tribunal que juzga el procés y el referendum del 1-O en el Tribunal Supremo ha expulsado este jueves de la sala donde se está celebrando la vista oral al exconcejal de la CUP Albert Boada por llevar una camiseta pidiendo la libertad de los políticos que están en prisión preventiva por esta causa, en contra del criterio establecido por los magistrados al inicio de la vista.
Según han informado fuentes del alto tribunal, la Policía se ha percatado de que llevaba esta camiseta negra con el eslógan en catalán: «Llibertat presos polítics!» una vez que ya estaba sentado en los bancos reservados para el público. En ese momento, los agentes le han invitado a abandonar la sala, pero el hombre se ha resistido.
Una vez fuera, también se ha opuesto a entregar la tarjeta de identificación que le permite entrar como público al Salón de Plenos y ha alzado el puño por el pasillo del Supremo, han señalado las fuentes consultadas. No es el primer incidente con algún miembro del público en el juicio, pero el de este jueves sí es la primera vez que se ha procedido a expulsar a alguien de la sala.
Otra camiseta y gritos de «Viva la República»
El pasado martes 16 de abril, un integrante del colectivo ‘Madrileños por el Derecho a Decidir’ intentó entrar a la vista con una camiseta amarilla en la que se podía leer la palabra «libertad» en castellano, catalán, gallego y euskera. La policía comunicó que con esa prenda no podía acceder al salón, por lo que otro asistente del público le prestó otra camiseta.
Un tercer suceso ocurrió también la semana pasada cuando otra persona salió de la sala de vistas gritando «Viva la República», manifestación que provocó que los agentes de la Policía Nacional le identificaran. Al día siguiente, este hombre intentó volver a asistir al juicio, pero los agentes le impidieron el acceso por lo sucedido el día anterior.
El tribunal que preside el magistrado Manuel Marchena ha permitido que los presentes en la sala de vistas, incluidos acusados y testigos, puedan lucir símbolos ideológicos como lazos amarillos, chapas o pines del mismo color, pero no pancartas, fotografías o aquello que vaya acompañado con lemas que reclamen la libertad de los presos.
La decisión fue adoptada después de que la acusación popular ejercida por Vox denunciase que alguno de los acusados mostrasen al inicio del juicio un lazo amarillo. Para la acusación, estos símbolos tienen «una carga política indudable» que debían evitarse durante el desarrollo de la vista oral.
Jurisprudencia del TEDH
Marchena admitió entonces que este símbolo puede ser «susceptible de muchos enfoques», pero recordó que existe jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre este aspecto: dos sentencias dictadas el año pasado contra Bosnia y Bélgica condenaron a ambos países por haberse prohibido en sendos juicios la utilización de símbolos religiosos.
Aunque en este caso no se trata de un símbolo de carácter religioso, el tribunal entiende que la jurisprudencia del tribunal de Estrasburgo también afecta a símbolos ideológicos, por lo que ha decidido que «no va a poner ningún obstáculo para que los acusados» y otros asistentes utilicen el color amarillo como reivindicación.
Por esa resolución del TEDH, que ha recordado el Juez Marchena, queda en duda la interpretación del TS, y si debería pasar de igual modo con la libertad de expresión en otras prendas personales que portase el público asistente al juicio.