¿Qué le pasa a Andalucía? Ha pasado de ser feudo de los socialistas, a idolatrar de manera desmedida a la ultraderecha. Ayer unas 4.000 personas se desgañitaban, «por España, viva España». Gente de todo tipo, muchos jóvenes, familias enteras… Banderas españolas ondeando sin descanso desde mucho antes de que apareciera Santiago Abascal, que incluso despierta histerias en algunas de las jóvenes como si fuera una estrella de rock.
Antes de entrar, se dirigió megáfono en mano a cientos de personas que se quedaron fuera del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla, bajo la lluvia. No ha habido en la capital andaluza otro mitin como este de la ultraderecha , segundo y último, que Abascal protagonizó en Andalucía. Tuvo otro en Granada en Miércoles Santo y también arrasó. «Presidente, presidente», lo aclaman los suyos.
Lo del muñeco de Puigdemont puede ser una anécdota, pero ojo como se complace Andalucía con Vox, que puede dar unos cuantos escaños a esa ultraderecha que todos reniegan en público, pero que esta ahí, todavía. Llega a la gente aunque no tenga el anuncio mediático, en campaña, y que sí tuvo semanas atras en todos los medios, de manera visceral. Como un domador de serpientes, Santiago Abascal, y sin mucho revuelo, va ofreciendo sus propuestas y calando por momentos.
Ayer advirtió en su intervención de «los incumplimientos» de PP y Cs con el pacto de Andalucía, recordando «la deportación de 52.000 inmigrantes ilegales», las subvenciones a «los ‘lobbies’ feminazis» y LGTBI, la supresión de la Ley de Memoria Histórica y la defensa de los toros. «Vox no permite que le engañen ni que se tome el pelo a las personas que les han votado». Pero él no pierde seguidores. Es lo que tiene la ultraderecha.
