La frase que viene a cuento
«El dinero lo gana quien, con paciencia y fina observación, va siempre detrás de quien lo pierde». Como usted bien recuerda, se lo dijo Fernando Fernán Gómez a Agustín González en El Abuelo, de Garci.
Dos hechos para dos fechas
Primero. Cuatro de marzo de 2016. Se frustra la investidura de Pedro Sánchez por el voto en contra de Podemos al acuerdo del PSOE con Ciudadanos. El PP sique en el gobierno obligado a convocar elecciones.
Segundo. Cinco de febrero de 2019. ERC presenta una enmienda a la totalidad a los Presupuestos firmados por el PSOE y Unidos Podemos. La enmienda triunfa ocho días después, Sánchez disuelve y convoca elecciones generales para el 28 de abril.
Los dos contextos de las dos fechas
2016. El gobierno que hubiera salido de la investidura de Sánchez solo habría contado con el apoyo seguro de los 90 diputados de un PSOE con problemas internos.
Las encuestas anunciaban un posible sorpasso de Podemos al PSOE.
Durante tres años los de Sánchez les han estado recordando a los de Iglesias que votaron junto al PP en 2016, cosa que a los de Podemos no les ha gustado nada.
2019. El gobierno de Sánchez hubiera continuado en La Moncloa con el apoyo de los 85 diputados del PSOE.
Las encuestas anuncian que la ERC de Junqueras puede derrotar ampliamente a JxCat de Puigdemont.
Durante más de dos meses los de Sánchez les han estado recordando a los independentistas, y especialmente a los de ERC, que no quisieron aprobar los presupuestos. «No son de fiar», dicen. A los de Junqueras no les gusta nada.
Primer stop para pensar
Que sepamos, a cualquier partido en la oposición que quiera conquistar el poder le interesa que el partido que está en el gobierno sea débil, no pueda llevar adelante su política y requiera de apoyos diversos. Interesa que sufra el mayor desgaste posible.
¿A qué vino entonces que Podemos en 2016 y ERC en 2019 no permitieran gobiernos débiles, con 90 y 85 diputados, respectivamente?
Más elementos comunes en 2016 y 2019
La «víctima» que cae derrotada en ambos casos se llama Pedro Sánchez.
Los responsables de ambas «caídas» de Sánchez son dos partidos que están liderando políticas que cuentan con el apoyo de importantes movilizaciones sociales. En 2016 un Podemos identificado con el 15M y en 2019 una ERC liderando, junto a JxCat, la movilización independentista.
Además, ambos responsables directos y principales de las «caídas» del líder socialista sufren tensiones internas en sus respectivos ámbitos. Podemos con IU desde 2015, que necesitaba resolver antes de las nuevas elecciones del 26J, y ERC con JxCat en 2019, porque necesita dar la vuelta a los resultados del 21D de 2017.
El escenario más probable entre el 29 de abril y el 26 de mayo
Si Pedro Sánchez no consigue mayoría absoluta pero sí unos resultados que le permitan negociar la investidura lo previsible es que enfríe las expectativas de sus posibles socios hasta las urnas del 26 de mayo. Entre otas cosas, necesita evaluar al milímetro los resultados de sus barones más díscolos en las Autonómicas. A Susana Díaz la tiene neutralizada desde diciembre.
Si ERC hubiera conseguido duplicar al PDeCat en diputados al Congreso, lo normal es que provoque la crisis en la Generalitat para que Torra se vea obligado a disolver y anticipar las autonómicas en Catalunya.
Lo no imposible a partir del 26 de mayo
Si las urnas le siguen siendo propicias al PSOE, considero más que probable que Sánchez ofrezca a Junqueras la incorporación de ERC al gobierno de Madrid, sobre todo si barones como García Page y Lambán han recibido un correctivo importante en las Autonómicas y, en cambio, Ximo Puig y Armengol han revalidado bien sus gobiernos. Lo del valenciano hará de barómetro el mismo 28 de abril.
Tal osadía del osado Sánchez podría romper para mucho tiempo la muy inestable unidad de acción independentista.
Preguntas para especuladores o personas con información muy privilegiada
¿Existe un acuerdo privado entre Sánchez y Junqueras, con Iglesias de «relator» oculto, para que todo se desarrollara tal como está ocurriendo si las urnas se prestaban?
En este caso, ¿que puede haberle pedido Junqueras a Sánchez?
¿Un referéndum pactado de autodeterminación? Imposible.
¿Una gran reforma constitucional que cuestione incluso la forma de Estado?
¿O todo es un error de cálculo de ERC y los de Junqueras sufrirán a largo plazo un retroceso electoral importante, como el que ahora sufren los de Iglesias?
Mientras, JxCat y Puigdemont solo podrán seguir moviendo el escenario internacional, pero con más dificultades que ahora.
Regresando a la frase culpable de todo esto
Creo que en esta aventura política usted y yo no vamos a discrepar sobre quién se está «enriqueciendo», mientras con «paciencia, fina observación», e incansable perseverancia y hasta capacidad para resucitar, espera a que todos sus adversarios, los de dentro y los de fuera, se vayan empobreciendo.