Es cierto que cuando uno acude a la Justicia española no sabe qué le espera, o lo sabe demasiado bien, pero lo último es una broma de muy mal gusto. Resulta que he recibido una citación para comparecer el próximo 5 de junio de 2019 en el Juzgado de Instrucción nº 31 de Madrid por un delito “Contra las Instituciones del Estado”, pero no se me ha informado de quién me denuncia ni por qué me denuncia.
¿Cuándo he cometido ese acto por el que se me imputa un delito? ¿En qué consistió? ¿Fue algo que dije, algo que escribí o algo que hice? Nada. Pero ¿cómo voy a poder defenderme, cómo mi abogado va a poder defenderme, sin ningún tipo de información?
Lo cierto es que he realizado múltiples denuncias como para saber exactamente qué se me imputa. Quizás sea por aseverar que Juan Carlos I es un delincuente. Si es así, me ratifico. Tal vez sea por mi denuncia por los homicidios por negligencia de la cúpula militar. No solo me ratifico, ampliaría mis ratificaciones. No se puede descartar que se trate por mis imputaciones a la cúpula de la Guardia Civil por los suicidios de los guardias. Me ratifico… Ahora que lo pienso, quizás sea por las publicaciones en la revista El Jueves o pudiera ser una denuncia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, pues ya me denunció en persona la anterior ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal…
Más allá de esta desagradable situación, esta denuncia vuelve a revelar la preocupante situación de los denunciantes de corrupción o malas prácticas. De los críticos en general. Cada denuncia de estas características supone un quebranto económico mayúsculo, un esfuerzo por parte de abogados y un desgaste físico y psicológico. Mientras ello sucede, los corruptos tienen ‘tarifa plana’ para denunciarnos y, además, cuentan con una legislación y una clase política que les protege.
Los denunciantes seguimos abandonados, una vez más, por la mayoría de partidos políticos, siendo Esquerra Republicana de Catalunya y EH Bildu (Ahora Repúblicas) los que mayor compromiso han adquirido con nosotros. Un compromiso que espero y deseo adquieran el resto de los partidos políticos.
Luis Gonzalo Segura es exteniente expulsado por denunciar corrupción en el Ejército de Tierra y autor de ‘Un paso al frente’ (2014), ‘Código rojo’ (2015) y ‘El libro negro del Ejército español’ (2017).