Los candidatos a la Alcaldía de Barcelona han pedido este miércoles el voto a los barceloneses hablando sobre la dignidad de los presos políticos en el Congreso, la mayoría de las críticas hacia la alcaldesa y alcaldable de BComú, Ada Colau, y las propuestas de ERC como verdadero protagonista, Ernest Maragall, y de un eventual pacto entre los dos candidatos –las encuestas sitúan a ambos como los más –.
El inicio del debate ha estado marcado por la ausencia de Forn y la entrada de los diputados electos y presos políticos en el Congreso. Ada Colau ha sido la primera en tomar la palabra para lamentar que en el plató «debería estar Quim Forn» y no sea así y que los diputados «de extrema derecha» hayan abucheado a Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Turull, Jordi Sànchez y Josep Rull cuando han prometido su cargo.
La número dos JxCat, Elsa Artadi, ha añadido que Forn es «un preso político porque en la Europa del siglo XXI hay presos políticos», y el republicano Ernest Maragall ha destacado la «dignidad» de los diputados soberanistas que han tomado posesión ante la «ignominia política del bloque del 155«.
La candidata de la CUP, Anna Saliente, ha insistido en que en España hay «presos políticos, exiliados y un millar de represaliadas». En cambio, el alcaldable del PPC, Josep Bou, ha respondido al resto de candidatos que España es una democracia real».
En el debate Colau ha evitado criticar a contrincantes en su minuto final, y ha defendido que Barcelona se ha convertido durante su mandato en un referente de «políticas valientes», por lo que ha pedido que los votantes la apoyen este domingo para que siga siendo la alcaldesa.
«Volved a demostrar que tenemos mucho más poder del que nos han hecho creer», ha proclamado Colau, quien ha subrayado –en declaraciones después del debate– que éste ha sido de nuevo un ‘todos contra Colau’, algo que acepta porque es la alcaldesa.
La número dos de JxCat, Elsa Artadi, ha pedido votar para que el cabeza de lista de JxCat a las europeas y expresidente del Govern, Carles Puigdemont, pueda ser eurodiputado, y para que su alcaldable en Barcelona, Joaquim Forn, pueda volver al Ayuntamiento: «Estas elecciones van de Barcelona, de Catalunya y de las voces libres de Europa».
El candidato de BCN Canvi-Cs, Manuel Valls, ha pedido frenar «la mentira del separatismo del señor Maragall, que es el gran peligro para la ciudad», de cuyo gobierno hay que echar a Colau, según el exprimer ministro francés, que ha pedido evitar una alianza entre Colau y el alcaldable socialista, Jaume Collboni.
Maragall ha destacado que Barcelona pide ser gobernada con valentía y solvencia, y ha prometido recuperar el buen gobierno: «No vengo a pactar con Colau, vengo a sustituirla», y ha dicho que quiere gobernar para todos los barceloneses y que es el único candidato republicano, progresista e independentista.
Collboni se ha comprometido a no subordinar la ciudad al debate independentista: «El 28 de abril ganamos a las derechas de PP, Cs y Vox, y el 26 de mayo tenemos que hacer posible un gobierno ‘probarcelona’, que ponga los problemas de la ciudadanía en primer lugar, y no un gobierno ‘proindependencia’, que es lo que proponen Maragall y Colau».
El candidato del PP, Josep Bou, ha asegurado que Colau, Maragall y Artadi son un lastre para el progreso y la convivencia en la ciudad: «En un mundo que se globaliza, el populismo y el independentismo nos separa y nos enfrenta», y ha pedido el voto para avanzar hacia una ciudad libre de separatismo, de populismo y de ‘manteros’, según él.
Anna Saliente (CUP) quiere cuestionar los privilegios de los grandes propietarios de vivienda y avanzar en el decrecimiento turístico y de la contaminación, para lo que cree que se requieren fuerzas que sepan decir ‘no’ y también llegar a acuerdos, y ha añadido: «El 1-O es el camino, nos demuestra que sin la fuerza de la gente y sin el compromiso no podremos avanzar en las políticas necesarias».
Políticas de vivienda
Sobre vivienda, Colau ha asegurado que el Gobierno central del PSOE solo ha empezado a promover políticas de vivienda valientes cuando las ha propuesto su espacio político, porque antes no lo había hecho, tampoco cuando ella llevó firmas recogidas desde la PAH pidiendo medidas: «Nos dio con la puerta en los morros».
Artadi ha criticado que ejecutivos municipales liderados por el PSC generaran vivienda pública pero de venta: «Ahora no están porque las vendían, también cuando ICV llevaba vivienda, y cuando usted era concejal», ha dicho a Maragall, criticando a la vez a BComú –que ahora incluye a ICV– y a su candidata, que si fuera activista pediría su propia dimisión, según ha dicho.
Valls ha avisado de que las soluciones hasta ahora propuestas no han funcionado, y ha pedido «confianza en el sector privado y utilizar suelo público con el liderazgo del Ayuntamiento» para incrementar la oferta, algo en lo que coincide Bou, que ha dicho que no fue el lunes a un debate de entidades –incluida la PAH– porque sólo va a espacios transversales, ha dicho.
Maragall ha recordado que la Generalitat ha aprobado el decreto para limitar los precios del alquiler en determinadas zonas, que ha dicho que permitirá que el Ayuntamiento cuente con esta herramienta pronto, ante lo que Saliente ha señalado: «Tenemos un poco de miedo respecto a cuál será la aplicación de este decreto».
Collboni ha destacado que alguien que quiere ser alcalde y liderar Barcelona debe ser capaz de proponer soluciones, y él ha apostado por un pacto con las fuerzas políticas, los operadores privados, la Generalitat y el Gobierno central: «Un alcalde debe señalar soluciones, y no limitarse a señalar culpables».
Emergencia climática
En relación a la emergencia climática, Artadi ha apostado por reducir el aparcamiento en superficie y crear espacio verde; Maragall ha insistido en reducir los desplazamientos por compras online en la ciudad; Colau ha propuesto rebajar las tarifas de transporte público –sobre todo la T-Mes y la T-Jove– y Saliente ha pedido cuestionar los intereses de la industria automovilística y el turismo.
Bou ha reclamado acabar la L9 de Metro, fomentar el transporte público y los coches eléctricos –»no se puede declarar la guerra al coche»–, y Valls ha celebrado que los vehículos contaminantes no puedan entrar en la ciudad, y ha apoyado la gratuidad del transporte público durante los episodios de contaminación, medida que también ha defendido Collboni.