Redacción Andalucía. 24 mayo 2019.
El precio de la vivienda ha vuelto a subir, esta vez casi un 5%, y lo ha llevado al más alto desde que el tiempo anterior a la llamada “crisis”, declarada en 2008. Mientras los indicadores económicos señalan una clara “desaceleración” en el último semestre de 2018 y el actual de 2019, la vivienda continúa su escalada de precios. Contribuyen a ello dos factores: en primer lugar, la venta de promociones enteras a “fondos buitre”, en primer lugar; y en segundo la expectativa –sólo expectativa- provocada por el “boom” de apartamentos turísticos, dos cuestiones faltas de argumento, porque ninguna de las dos es, en sí misma una razón, ni ha coincidido un alza en los precios de los materiales ni en los sueldos. Un tercer factor es que la euforia artificial motivada por los anteriores, fomenta el ambiente según el cual “están subiendo los precios”, y todos los actores, bancos, constructoras, inmobiliarias y particulares, se apresuran en subirse al carro. La especulación no es mal tan sólo de un sector.
El lugar dónde más ha subido en Andalucía ha sido Málaga, dónde en este momento el premio medio del metro cuadrado se ha puesto en 1.770€, le siguen Cádiz, con 1.355, Almería con 1.350 y Sevilla con 1.330. En el extremo opuesto, Jaén es dónde menos ha subido y dónde más bajo se mantiene el precio por m2: 809€, a continuación están Huelva, 1.083; Granada, 1.119; y Córdoba con 1.155€ el m2. La media estatal está en 1.637€. El crecimiento medio en el Estado ha sido del 4’4%, mientras que en Andalucía ha subido hasta el 4’7%.
La “ilusión óptica” que ha creado la nueva fiebre constructora y el exagerado alza de los precios de los alquileres, ha llevado a algunas familias a buscar la compra, ante la imposibilidad de abonar 800€ y hasta 1.800€, cifra desorbitada a que han llegado en algunos puntos los alquileres de viviendas de menos de 90 m2. Esta ligera animación en la venta de viviendas, ha animado a su vez a los promotores y, tras ellos, a todos los propietarios de viviendas en venta, tanto muy grandes empresas y bancos como propietarios individuales, a “revalorizar” el precio, en busca de un beneficio especulativo, subida que puede provocar otra burbuja, como ya la está fabricando el alquiler.
Otro detalle a tenerse en cuenta es que cada vez son más pequeñas las que se construyen, entre las que abundan los estudios, apartamentos y pisos de uno y dos dormitorios. Una forma engañosa de ofrecer viviendas a menor precio, pero en todos los casos desorbitados. Entre tanto, el Gobierno, la Junta y los ayuntamientos continúan en actitud pasiva: ni toman medidas contra la especulación ni acometen la construcción de viviendas con una mínima dignidad para las familias, tal como exige la Constitución. El precio medio de la vivienda lleva ya dieciséis trimestres de subidas consecutivas, sin que ninguna Administración se preocupe de buscar solución a las familias necesitadas.