Ha sido hallado en el Aljarafe, muy cerca de donde, hace ya setenta años, aparecieron el del Carambolo y el “Bronce Carriazo”
El Aljarafe es una comarca de pequeñas alturas, la mayor alcanza 180m, situada entre Sevilla y la orilla derecha del río Odiel (de hecho, el nombre de “Aljaraque”, es una de las formas de referirse al lugar, también nombrado como “Axarafe”, o “Aznalfarache”). Durante la Edad Media la zona oriental de la comarca, en manos de los condes de Niebla, tomó el nombre de este condado y, tras la división provincial, el Aljarafe “oficial”, quedó reducido a la parte correspondiente a la provincia de Sevilla.
Es en esta parte, más cercana a la ciudad, que ha sido zona de residencia veraniega desde la época tartesia hasta la explosión inmobiliaria de final del siglo XX, donde han aparecido varios significativos recuerdos de época latina y anteriores. Los más importantes, descubrimientos de Juan de Mata Carriazo, fueron el bronce que lleva su nombre y el Tesoro de El Carambolo, cuya consecuencia positiva más señalada fue el de poder identificar otros y certificar su procedencia tartesia y su raíz común, con los de La Aliseda, Cancho Roano, Colina de los Quemados ó Saltés, entre otros.
Como lugar de residencia de nobles familias de época latina y principal lugar de donde procedía el aceite consumido en la ciudad de Roma y otros lugares del Imperio, se comprenden los hallazgos de esta época. El último, encontrado hace unos días por unos albañiles durante las obras de remodelación del Parque del Zaudín, en el término de Tomares –que se repartirán el premio de 125.000 euros, 25% del hallazgo estipulado por ley- han sido diecinueve vasijas que contenían un total de 53.208 monedas de los siglos III y IV. Es destacable que el hallazgo, aparte de su valor patrimonial, permite abrir líneas de investigación, a las que añade una información muy valiosa, en cantidad y calidad, pues permitirá situar otros hechos descubiertos y centrar los datos. También resultará válido en el caso de nuevos descubrimientos. La directora de la intervención arqueológica, Yolanda González-Campos, ha informado de que “las monedas pertenecen al período de la Tetrarquía romana. Son muy interesantes para dibujar cómo funcionaba territorialmente el Aljarafe en aquella época, y para ver cuál era su dinámica poblacional. La investigación no ha hecho más que empezar”.
Las monedas, muy bien conservadas en su mayoría, cobran más valor por tratarse de un hallazgo documentado arqueológicamente. La Comisión que las ha valorado, ha informado que “se exhibirán en un contexto educativo y museístico”. El Museo Arqueológico de Sevilla y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico se han hecho cargo del trabajo de documentación, y de la videoendoscopia a que han sido sometidas. Una parte de las monedas se expondrán en la Hacienda Montefuerte, del municipio tomareño, según ha manifestado su alcalde, José Luis Sanz. El resto podrán verse en el Museo Arqueológico de Sevilla.
Las vasijas en que estaban guardadas dan idea de que no se trataba de un “escondite” para eludir impuestos, sino que fueron guardadas para su conservación y uso paulatino, pero algún incidente impidió que pudieran ser utilizadas. Al tratarse de los siglos III y IV, es muy probable que las invasiones bárbaras, primero de Vándalos y Alanos y tras ellos de visigodos, hicieran que alguna de las “razzias” a que fue sometida la zona, acabaran con la familia propietaria, o bien fueran forzados a huir. En todo caso, la investigación que ahora empieza aportará más datos de gran valor histórico y documental.
