El juicio farsa al procés se acaba. Esta semana veremos el «visto para sentencia» tras cuatro meses de poca imparcialidad jurídica. El juicio por el 1-O en el Tribunal Supremo aborda su tramo de cierre y prevé echar el telón el próximo miércoles. Y, para la semana final, los presos políticos y sus formaciones preparan una despedida de la vista a la altura de las circunstancias.
Los 12 acusados tienen previsto solicitar en bloque su puesta en libertad en la última jornada. Para ese día, el miércoles, se han convocado, además, protestas y movilizaciones en las calles. La atención se redobla sobre el palacio de las Salesas en el último ‘sprint’.
Los abogados cuentan con reclamar de forma coordinada el fin de la prisión provisional decretada hace un año y medio. Se basarán en anteriores autos del tribunal que les juzga en los que se ponderaba como motivo, precisamente para mantenerla, la necesidad de salvaguardar la presencia de los acusados en la vista oral.
El planteamiento es el siguiente: como ya no hay juicio ya no se debe garantizar mediante el encarcelamiento que los procesados acudan al mismo. La tesis se entrelaza, al menos en cinco de los casos, con razones de cálculo político.
Entre los presos hay dos diputados y un senador suspendidos, un eurodiputado electo y un concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Una puesta en libertad les permitiría recuperar sus escaños y daría aire, durante un tiempo al menos, a una actividad que quedaría enterrada con una futura sentencia condenatoria (incluso por desobediencia) y la correspondiente inhabilitación. Ya solo queda una semana.