Operarios del Ayuntamiento de Barcelona han vuelto a colgar hoy un lazo amarillo en la fachada de la plaza de Sant Jaume de la capital de Catalunya. Así lo han acordado minutos antes ERC y JxCat con BComú en la primera reunión de los grupos municipales en el nuevo mandato.
Como era previsible, los grupos que se han posicionado en contra han sido el del PSC, Barcelona por el Cambio-Cs y el PP. Esta no será la primera vez que la fachada del consistorio barcelonés tenga un lazo amarillo en solidaridad con los presos políticos, después de que la alcaldesa Ada Colau lo retirara antes del inicio de la campaña de las elecciones españoles del 28 de abril para orden de la Junta Electoral Central.
Por parte de ERC, Jordi Coronas ha opinado que el lazo amarillo no debería haberse descolgado, y en todo caso, se podría haber colgar de nuevo al día siguiente de las elecciones.
También consideró innecesario comentarlo con los grupos de nuevo, ya que hay un mandato al respecto de la junta de portavoces del anterior mandato. Coronas ironizó que esta reunión, eso sí, ha servido para mostrar la «discrepancia evidente» de los dos grupos que han de formar gobierno, BComú y PSC.
Elsa Artadi, de Junts per Catalunya, también ha subrayado que el lazo se debería haber colgado justo después de las elecciones, pero ha opinado que Ada Colau no lo hizo «para no dañar sus opciones a repetir como alcaldesa con este acuerdo que hizo con Valls y Collboni».
En este sentido, ha recordado que la Generalitat volvió a colocar las pancartas enseguida y que la orden de la Junta Electoral Central (JEC) era la misma para todos.
Por otra parte, Artadi también ha pedido a la alcaldesa que al margen de colgar el lazo interceda ante Pedro Sánchez por los derechos políticos de Joaquim Forn y «se involucre de una manera real» para que Forn pueda ejercer de concejal.
