Siete millones de ceros, esa es la puntuación que otorgan a la Reina el 18,7% de los españoles. Y son muchos ceros. La reina Letizia no tiene el beneplacito de sus vasallos españoles si tenemos en cuenta los datos que arroja la encuesta realizada por IMOP Insights para Vanitatis con motivo del quinto aniversario del reinado de Felipe VI, que se ha cumplido este 19 de junio.
El estudio se ha elaborado a partir de 1.031 entrevistas realizadas en España, entre el 28 de mayo y el 3 de junio, respetando en el muestreo todas las variables sociodemográficas necesarias. El margen de error es de 3,1 puntos porcentuales.
La Reina obtiene una puntuación media de 4,8 puntos sobre 10, lo que la convierte en el miembro peor valorado de la institución, por detrás de la reina Sofía (6,7), el rey Felipe (6,3) y el rey Juan Carlos (4,9).
El Rey emérito consigue una nota ligeramente superior a la de doña Letizia, a pesar de que la mayor parte de sucesos que podrían haber erosionado en los últimos años la imagen de la institución han estado directa o indirectamente relacionados con su persona.
Doña Letizia, una “profesional” poco “cercana”
Más curioso resulta si cabe que sean los propios monárquicos (69,7%), las mujeres (70,7%) o los votantes de las denominadas el ‘trifachito’ (PP, Ciudadanos y Vox), un 72,5%, los que en mayor medida creen que la actuación de la reina Letizia es peor que la de la reina Sofía.
Cuando se pregunta a los encuestados por la percepción que tienen de la Reina a través de una serie de atributos de imagen concretos, doña Letizia solo aprueba en profesionalidad (5,3) y suspende en variables como eficacia, confianza, prestigio y, sobre todo, confianza, ítem en el que obtiene la peor de las calificaciones recabadas, un 4,4.
La Reina Letizia en acción
Solo un ejemplo de como actúa Doña Letizia. La Reina, según cuenta Periodista Digital, viajaba junto a sus dos hijas el viernes 12 de abril -vacaciones de Semana Santa- en un vuelo regular y acomodadas en asientos de la exclusiva clase bussines para tratar de pasar lo más desapercibidas posibles para el resto del pasaje, una aeronave que registraba la máxima ocupación.
Pero el viaje no iba a resultar ser nada tranquilo. Pese a que Doña Letizia había tratado de pasar desapercibida con un atuendo informal, gorra y gafas de sol, algunos de sus compañeros de viaje sí se percataron de tan selecta y ‘real’ compañía.
Los guardaespaldas ocupaban también asientos estratégicos cerca de la Reina. Según apunta un pasajero testigo a PD, pocos segundos antes de iniciar el despegue Doña Letizia se percataba de la presencia de un joven pasajero que hacía uso de su teléfono móvil. La Reina saltaba entonces como un resorte de su asiento e increpaba a un atónito joven, que no entendía qué estaba ocurriendo.
Doña Letizia comenzaba a exigirle que le mostrara su teléfono para comprobar si había fotografiado a sus hijas, algo que negó en todo momento el pasajero. Uno de los guardaespaldas de la Reina trataba entonces de mediar y el joven entonces se ofrecía incluso a entregar finalmente su teléfono para demostrar así que las sospechas de Doña Letizia eran infundadas.
Finalmente, Doña Letizia reconocía su error y regresaba a su asiento pidiendo disculpas al pasajero por el bochornoso incidente que había provocado. Quienes fueron testigos del suceso se quedaron totalmente helados. Según testigos, la prepotencia de ‘su majestad’ fue intolerable.
