El golpe de Estado avanza y, a estas horas, el resultado todavía es incierto, pero pocos dudan de su triunfo final. El ruido de sables comenzó nada más terminar las elecciones generales cuando Ana Patricia Botín, del Banco Santander, la cual llamó a una movilización masiva cuando sugirió un pacto de PSOE con Ciudadanos. Un pacto contrario al espíritu de los votantes del PSOE y, por supuesto, de partidos como Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya, JxCAT JUNTS, EH Bildu o Compromís. Partidos que juntos suman junto al PSOE los suficientes escaños como para gobernar con mayoría absoluta y estabilidad. Partidos todos ellos republicanos.
En la operación, que tiene por objeto derrocar la voluntad popular, el IBEX-35 movilizó a sus unidades más poderosas, las mediáticas, lo que ha provocado que Ferreras, Cebrián, Griso o Quintana hayan golpeado, junto a otros medios, los objetivos designados (PSOE, Cs y Unidas Podemos) para conseguir un pacto de diferente magnitud entre PSOE y Cs o, en el peor de los casos, una renuncia de Unidas Podemos a su intención de participar del gobierno.
Los operaciones del golpe de Estado
Las unidades mediáticas del IBEX-35 han sumido a España en los últimos diez años en un estado de excepción continúo como pocas veces se ha vivido en la historia. Fueron los medios de comunicación los que crearon a Ciudadanos y eliminaron a UPyD para detener el avance de un recién nacido Podemos, lo que además se complementó con terrorismo mediático y policial de Estado para desprestigiar al partido recién nacido y hundirlo.
Es sabido que Ciudadanos y Vox han sido dos operaciones exitosas de IBEX-35 y sus unidades mediáticas subordinadas. La primera operación, Ciudadanos, tuvo por objeto detener el avance democrático de Podemos —recuerden a Venezuela en todos los medios de comunicación—, lo que obligó a Podemos a cambiar las coordenadas del debate político, pasando del novedoso escenario bélico ‘nuevo contra viejo’ al tradicional campo de batalla ‘izquierda contra derecha’.
La segunda operación de Estado provocó el auge de Vox, operación que permitió hundir electoralmente a Podemos a costa de recuperar espacio al PSOE, pues ante la aparición de la ultraderecha, que dejó de estar subsumida en el Partido Popular, el partido socialista español apareció como la única posibilidad progresista de detener a la extrema derecha. Algo que sin el desplazamiento de las coordenadas políticas hacia la derecha, que también siguieron PP y Ciudadanos, habría sido imposible, máxime con el desgaste acumulado tras cuatro décadas de traiciones y decepciones.
Golpe a Ciudadanos con el golpe al PSOE en el recuerdo
En la actualidad, exigen que Ciudadanos, una vez cumplida su misión, se someta a su voluntad y permita el gobierno de PSOE con su abstención, lo que evitaría que partidos de izquierda y soberanistas participaran del gobierno. Quedarían de nuevo fuera del gobierno, el único objetivo real del IBEX-35.
Además, también se están generando fuertes presiones sobre Unidas Podemos para que acepten entrar en el gobierno sin que ello suponga que obtengan ministerios, lo que supondría un peligro real para el PSOE y para el IBEX-35, pues Unidas Podemos podría consolidarse en los próximos años de gobierno y crecer. Para conseguir doblegar la voluntad de Unidas Podemos se está esgrimiendo la posibilidad de unas nuevas elecciones en las que las unidades mediáticas de Ferreras o Cebrián responsabilizarían a la formación morada de las nuevas elecciones consiguiendo con ello uno de los principales objetivos de los golpistas: derrocar a la Izquierda y volver a sumirla en la intrascendencia.
Conseguida la intrascendencia de la Izquierda se produciría el restablecimiento de la ‘estabilidad del gobierno’, un escenario en el que el PSOE ocuparía toda la Izquierda y el tripartito de la derecha se repartiría desde el centro derecha hasta la extrema derecha. Operación que está cerca de consumarse.
Estamos viviendo momentos históricos, estamos viviendo un golpe de Estado televisado, radiado y narrado. Estamos viviendo Más periodismo.
Luis Gonzalo Segura es exteniente expulsado por denunciar corrupción en el Ejército de Tierra y autor de ‘Un paso al frente’ (2014), ‘Código rojo’ (2015), ‘El libro negro del Ejército español’ (2017) y ‘En la guarida de la bestia’ (2019).
