El gran poder financiero español con representación en Bolsa vuelve al ataque en su territorio de caza preferido, España. Cuando aún se arrastran las consecuencias de la última burbuja inmobiliaria con miles de inmuebles construidos sin vender y los vendidos embargados por impago con la posterior venta a fondos buitres, la maquinaria empieza de nuevo.
Ya está todo listo para la presentación en sociedad de Landmark Iberia, la nueva promotora que ha creado Banco Santander con el grueso de los suelos que seguía teniendo en balance, un activo del que, hasta ahora, solo se conocía su valor, casi 4.500 millones de euros, pero no su tamaño.
La suma de todos los terrenos que el banco ha inyectado a Landmark asciende a 400.000 metros cuadrados, una cifra que, tomando como referencia un tamaño medio de vivienda de 100 metros cuadrados, arrojaría la cifra potencial de 4.000 hogares.
El problema es que dentro de los suelos que se han traspasado a Landmark, los hay de todos los niveles de madurez, desde finalistas hasta rústicos, lo que impide asegurar una horquilla futura de número de viviendas. Desde la entidad han declinado hacer comentarios.
El banco presidido por Ana Botín ha puesto en marcha esta nueva gestora de suelos cuando todavía no se ha cumplido el segundo aniversario de la venta a Blackstone de 30.000 millones de euros brutos en activos tóxicos, movimiento que permitió a Santander hacer un saneamiento acelerado tras adquirir Popular.
La especulación inmobiliaria agresiva -uno de los grandes negocios de los bancos- empieza a asomar la cabeza de nuevo en este coto de caza para los socios del Ibex 35 llamada España.
