Se les llena la boca de ‘Constitución’ para decir que la carta magna es la que és y modificarla algo quimérico cuando es Catalunya la que entra en conflicto con ella. Pero para los dos grandes partidos generalistas que se han repartido el cortijo de su España en los ultimos lustros, PSOE y PP, no les da reparo en exponer que hay que hacerlo para su tranquilidad política.
Pero la reforma del artículo 99 de la Constitución que ha planteado Pedro Sánchez para impedir que en el futuro haya bloqueos en la investidura del presidente del Gobierno obligaría a sumar una difícil mayoría de tres quintos en cada Cámara, 210 diputados y 159 senadores. Además, debería ser sometida a referéndum si así lo piden una décima parte de los parlamentarios.
Aunque no es una reforma agravada de la Carta Magna, -en cuyo caso sería necesaria una mayoría superior de dos tercios-, la modificación constitucional que ha lanzado Sánchez requiere que el PSOE (123 escaños) busque en el Congreso el consenso como mínimo de otros dos grupos parlamentarios (el PP cuenta con 66 diputados, Cs tiene 57 y Unidas Podemos logró 42 actas). En el Senado, donde los socialistas tienen 135 de los 266 escaños, debería seguir los mismos pasos.
En concreto, el artículo 167 de la Carta Magna señala que «los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras». Si no hubiera acuerdo entre ambas, prosigue, se intentará obtenerlo mediante la creación de una comisión de composición paritaria de diputados y senadores, que presentará un texto que será votado por el Congreso y el Senado.
Referéndum si lo pide la décima parte de los parlamentarios
De no lograrse la aprobación mediante el procedimiento del apartado anterior, pero sí tuviese mayoría absoluta en el Senado, el apartado 2 de ese artículo indica que el Congreso podrá aprobar la reforma por mayoría de dos tercios.
Eso sí, aprobada la reforma de la Constitución por las Cortes Generales, debería ser sometida a referéndum para su ratificación -dentro de los quince días siguientes a su aprobación- cuando así lo soliciten una quinta parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras (35 diputados como mínimo).
Dos meses y medio después de las elecciones generales y con la vista puesta en una investidura el 22 y 23 de julio que puede ser fallida, Sánchez ha anunciado este miércoles que el primer acuerdo que propondrá en ese debate en el Congreso será una reforma del artículo 99 para desbloquear investiduras.
Lo que dice el Artículo 99
Según Sánchez, ese precepto «no funciona» y «hay que reformarlo». El citado artículo, en su punto 3, señala que el Congreso debe otorgar la confianza de la Cámara al candidato propuesto por el Rey por mayoría absoluta de sus miembros en una primera votación. Y si no se alcanza esa mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación 48 horas después de la anterior. La confianza se entenderá otorgada si el candidato lograse mayoría simple.
Y en su punto 5 precisa que si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
El jefe del Ejecutivo en funciones ha puesto el ejemplo de los ayuntamientos, que se constituyeron el pasado 15 de junio. Ha recordado que en estos, cuando se convoca el pleno sale un gobierno porque no hay mayoría absoluta, gobierna la lista más votada. Eso sí, ha precisado que esa formula que se aplica en los ayuntamiento no tiene por qué ser la que acuerden finalmente.
Las reacciones de PP, Podemos y Cs
El líder del PP, Pablo Casado, coincide con Sánchez en que hay que evitar bloqueos en la investidura, pero difiere de su fórmula puesto que el Partido Popular sopesa tocar la Carta Magna. Por lo pronto, el PP trabaja en una propuesta similar al modelo que hay en Grecia o Italia y que permitiría dar una prima de 50 escaños al ganador. Con esta propuesta, recalcan en Génova, no sería necesario cambiar la ley fundamental, que ya permite aumentar de 350 a 400 diputados.
Desde Cs consideran que existe una laguna en la Constitución al no acotar el tiempo entre la celebración de las elecciones y la fecha de la primera sesión de investidura, por lo que son partidarios de una reforma que establezca un plazo definido. Además, el partido de Albert Rivera no comparte la propuesta del PP de dotar de una prima de 50 escaños para el ganador de las elecciones y evitar así los bloqueos porque eso afectaría a la proporcionalidad de la Cámara.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, tampoco está por la labor de cambiar el artículo 99 como propone Sánchez y defiende el sistema vigente que obliga a los partidos a ponerse de acuerdo. A su entender, eso es lo que debe hacer el candidato socialista en vez de decir «voy a cambiar las reglas del juego y la Constitución» a ver si «la ley me hace el trabajo».