Ya no hay calificativos para nombrar el grado de corrupción, depravación y putrefacción que envuelve a esta España decadente. Los gravísimos casos de corruptela asoman un día tras otro a la luz, siendo cada vez peores. España, mande quien mande en el Gobierno, es una cloaca donde huele a todo, menos a democracia. Se puede apreciar el grado de indignación en cualquier medio de comunicación no afín al régimen del 78…
Si esto ocurre es simplemente por la permisividad y complacencia de Estado español con los poderes facticos. Ese poder que en España está demasiado al margen de las instituciones políticas y que ejerce sobre esta una influencia, basada en su capacidad de presión como la banca, la iglesia, los medios de comunicación, el ejército, los cuerpos de seguridad, etc.
Y cuando se juntan varios poderes… España en estado puro. Esta vez algunas empresas del IBEX 35 han ido demasiado lejos. Estas, junto a la prostituida policía española, crean una ‘policía paralela’, con actuaciones de sobras conocidad dentro de la Cloacas del Estado, fusionandose para crear una autentica mafia con todos sus letras. Una autentica banda con el beneplácito del Estado, donde el ex comisario Villarejo no podía faltar.
Público destapa un nuevo caso de las Cloacas del Estado
A mediados de los 90 se produjo la primera limpia en el Ministerio de Interior, de la mano de la ex secretaria de Estado Margarita Robles, los altos mandos policiales crearon una red empresarial, que se encomendó al entonces inspector José Villarejo, pero de la que ellos eran los principales clientes desde sus puestos de jefes de seguridad de bancos como el Santander y el BBVA o de eléctricas como Iberdrola.
Como desde 2017 viene corroborando la instrucción del caso Tandem en la Audiencia Nacional, uno de los recursos que emplea la trama investigada es una red de directores de seguridad de grandes empresas conformada por ex cargos policiales en una suerte de “puertas giratorias”. Se trata de grandes empresas que manejan datos privados de una gran mayoría de ciudadanos y donde estos ex policías disfrutan de elevadas remuneraciones, que pueden llegar al quíntuple de lo que percibían como funcionarios.
Este estudio efectuado por Público y que puede consultarse en su exclusiva tras la recopilación de datos durante cinco años, concluye que dicha red comenzó a construirse cuando en 1994 la hoy Ministra de Defensa, Margarita Robles, accede a la Secretaría de Estado de Interior y, como primera medida, cesa a la cúpula policial que entonces lideraba el Secretario General Operativo (antigua denominación de Director Adjunto Operativo o DAO), Agustín Linares Molina, a quien Villarejo consideraba su jefe en una carta que remite en 1995 a la Dirección General de la Policía en protesta por su desalojo de la Dirección Adjunta Operativa y que ofreció Público en otra exclusiva hace ahora tres años, en julio de 2016.
El ex subdirector de la Policía, el protector de Villarejo
Prácticamente toda la cúpula de Linares y mucha parte de sus reemplazos en los años siguientes, muchos oportunamente promocionados por Linares a puestos de relevo en previsión de purgas, acabaron al frente de la seguridad de empresas del IBEX, grandes empresas españolas o instituciones. Los que no, crearon consultoras de “inteligencia” o “agencias de pseudo detectives” que enriquecían los informes para sus clientes con datos privados suministrados tanto por los policías en activo como por los recolocados en empresas.
Fuentes policiales conocedoras de la operativa desarrollada explican a Público que uno de los atractivos para las empresas a la hora de contratar como directores de seguridad a ex altos cargos policiales, era la de contar con la posibilidad, debido a sus contactos, de “investigaciones a la carta”; esto es, la ventaja de contar de un servicio policial “premium” que priorizase las investigaciones sobre fraudes y estafas y bandas criminales que afectasen particularmente a sus negocios.
Las mismas fuentes también apuntan a que, gracias a la llegada de la organización criminal, sus dirigentes estaban en condiciones de recomendar a las empresas las personas a contratar, de forma que estos puestos bien remunerados se vendían a los agraciados como un «premio de fidelidad» a los servicios prestados a la trama durante su etapa policial. La promoción de unos a otros en la escala policial y la oferta de puertas giratorias como zanahoria, son dos de las claves que pueden explicar la duración en el tiempo de la organización en su vertiente policial.
Policías, jefes de seguridad y clientes de Villarejo
La lista de ex policías en cargos de seguridad de grandes empresas es larga. Agustín Linares, que antes de SGO fue Jefe Superior de Policía de Cataluña, y estuvo investigado por disponer para su beneficio personal de Fondos Reservadosdurante su mandato como SGO, pasó a dirigir la seguridad del Banco Central Hispano y tras la fusión, la del Santander Hispano (hoy llamado solo Santander). A su retiro, el relevo fue para el comisario Carlos Rubio cuyo último destino había sido la Jefatura Superior de Policía de Madrid y que estuvo a cargo de la comprometida operación Rimet.
Manuel García Linarejos, el compañero de Linares desde que estaban destinados en Guinea Ecuatorial asesorando en la formación de la policía guineana, ocupó la dirección de seguridad de Banesto desde febrero de 1995, ya bajo la propiedad del Santander, y después estuvo en Coca Cola, empresa en la que volvió a trabajar en vísperas del ERE de la fábrica de Fuenlabrada (Madrid), a pesar de estar jubilado.
Una red policial investigada por cohecho
La lista sigue con Jose Irineo López que fue al Grupo Agbar tras ser Jefe Superior de Cataluña, Daniel Santos Vallejo ex policía en Barajas que acabó en Vinsa, ICTS y más tarde en el Grupo Villar Mir; Santiago Cuadros Jaen, que recala en Intereconomía y luego en S21 SEC tras su desempeño en la Comisaría de Seguridad Ciudadana. En Bankia desembarcó Juan Manuel Zarco después de 20 años en la policía culminados en la Jefatura Superior de Madrid.
Antonio López López dirige el área de seguridad de Planeta y Juan Carlos Fernández Cernuda pasó a El Corte Inglés donde estuvo largos años hasta su reemplazo por otra inspectora de policía. A Prosegur se fue uno de los integrantes de la cúpula de Eugenio Pino, Jose Santiago Sánchez Aparicio como Director de Relaciones Institucionales y a la Liga Profesional de Fútbol, como director del Area de Integridad creada para denunciar la corrupción y la violencia, Florentino Villabona, nombrado DAO por el ministro Juan Ignacio Zoido, alias “Zampa”, tras cesar a Eugenio Pino.
También son mencionados en una conversación entre García Castaño y Villarejo como contratantes de los servicios de la trama, si bien eso está por corroborar por la investigación, los ex DAOS, Pedro Díaz Pintado en su etapa de director de seguridad de DICO y el citado Agustín Linares, éste últimocon relación a unos negocios con ciudadanos rumanos. Los tres ex DAOS, Linares, Díaz Pintado y Pino enviaron una carta al juzgado de Tandem avalando las actividades de Villarejo como “servicios policiales”. El Estado español y su policia en el epicenro de la corrupción.