La primera fase de la operación del IBEX-35 para evitar un gobierno de coalición, como el que se habría y se ha implementado de forma natural en cualquier otro país europeo o incluso en diversas regiones españoles, se ha cumplido con éxito. Las élites españolas exigían que no hubiera un gobierno de coalición del PSOE con Unidas Podemos y de haberlo, que esta última formación no tuviera en la práctica competencias. El Establishment español no se fía de Unidas Podemos, pero sí del PSOE. Y mucho. Razones no les faltan.
La segunda fase: la abstención
Superada con éxito esta primera fase, cuyo éxito debe mucho a los comandos mediáticos progresistas, especialmente los que lideran Ferreras y Prisa, en los dos siguientes meses viviremos las presiones del IBEX-35 para que Ciudadanos y Partido Popular se abstengan. Esta es la primera opción de esta segunda fase.
Recordemos los cuantiosos millones de euros que tanto estos partidos como el PSOE adeudan a los bancos o la incontable cantidad de políticos de primer nivel de PP y PSOE que tras la política obtuvieron cargos con elevadas remuneraciones en el IBEX-35, en empresas afines o en instituciones públicas, semipúblicas o privadas al servicio del poder, tanto en España como en otros países del mundo. Los políticos de PSOE, PP o Cs, los partidos del IBEX-35, se juegan las puertas giratorias, además de sus propios puestos, que pueden verse en peligro con el ataque de los medios de comunicación. Ese Ejército del IBEX-35 que está acuartelado y municionado en espera de órdenes superiores.
El ‘Plan B’: elecciones
Si la operación fallara o si en un momento dado se considerara oportuno, existe un ‘Plan B’: elecciones. En el caso de producirse nuevas elecciones, este plan consistiría en la aniquilación política de Unidas Podemos el próximo 10 de noviembre, bien por el asedio del voto útil o bien por el ataque paracaidista de una nueva fuerza política —o por ambos—. Esta nueva fuerza política se situaría en coordenadas intermedias al PSOE y Unidas Podemos, con el objetivo de convertir en marginales a la formación morada. La amenaza es real.
Pocos dudan a día de hoy sobre la irrelevancia o marginalidad a la que se vería empujada Unidas Podemos en caso de unas nuevas elecciones, pues las élites generarían todas las presiones posibles para terminar cuanto antes esta partida de ajedrez en la que se ha convertido la sublevación ciudadana.
Las complejas posibilidades de supervivencia
En este escenario de creciente hostilidad, casi de sitio, se antoja muy complejo la supervivencia en términos de importancia política.
Quizás el escenario que mayores posibilidades de supervivencia política otorgue a Unidas Podemos en la actualidad pasaría por la opción principal de esta primera fase de la operación del IBEX-35: la abstención de Partido Popular o Ciudadanos.
Esta abstención convertiría en oposición a Unidas Podemos, pero ante todo debilitaría la posición de PSOE en el electorado de izquierdas para las próximas elecciones, sean cuando sean, por mucho que pocos duden de la aparición de una nueva fuerza política para fragmentar el espacio de la izquierda.
Por supuesto, también Unidas Podemos podría aceptar un gobierno de coalición sin competencias, si es que la posibilidad sigue viva (aunque se niegue), o firmar un cheque en blanco a una de las mayores estafas de las últimas cuatro décadas, el PSOE, pero muy probablemente ello solo significaría alargar la agonía unos meses o años, porque el sistema quiere a la izquierda en la irrelevancia y la marginalidad política lo antes posible: en las siguientes elecciones.
Unidas Podemos está en una ratonera, en la ratonera del poder, y la salida airosa, la supervivencia en términos de trascendencia política, parece muy complicada hoy.
Todos los votantes progresistas que hicieron uso del voto útil para detener a la extrema derecha o sencillamente votaron al PSOE porque para ellos es un partido de izquierdas, los que respiraron aliviados el 28 de abril pensando que habían detenido a la extrema derecha, los que lo festejaron frente a Ferraz, los que gritaron ‘Con Rivera no’, en realidad es muy posible que enterraran a la izquierda política para una década.
El PSOE es un partido del IBEX-35. El PSOE no ha pactado con Unidas Podemos un Gobierno de Coalición ni ha tenido la más mínima intención de hacerlo porque el IBEX-35 lo ha prohibido categóricamente y, porque, además, les ha jaleado a unas nuevas elecciones, conscientes de que en unos nuevos comicios son ellos los únicos que tienen todo para ganar: o bien puede sumar el bloque de las derechas por abstención de la izquierda o bien la marginalidad política de Unidas Podemos puede terminar con la incertidumbre que genera un Gobierno de Coalición.
Un gobierno que pueda subir otra vez el SMI, termine con la privatización de la sanidad o la educación, elimine la reforma laboral o la ley mordaza, termine con el abuso de las energéticas o fuerce a la banca a devolver los 60.000 millones de euros que recibieron de la ciudadanía para su rescate sería terrible para las élites.
Estamos a escasos meses, quizás semanas, de un triunfo del IBEX-35 que puede enterrar las posibilidades de cambiar España para una década, gracias al PSOE, su Ejército político más importante, inquebrantable, condecorado y leal.
Luis Gonzalo Segura es exteniente expulsado por denunciar corrupción en el Ejército de Tierra y autor de ‘Un paso al frente’ (2014), ‘Código rojo’ (2015), ‘El libro negro del Ejército español’ (2017) y ‘En la guarida de la bestia’ (2019).