Acabo de ver en la 2 de TVE el documental “Experimento Stuka” sobre el bombardeo llevado a cabo por la Legión Condor contra cuatro pueblos de Castellón en 1938. Murieron 38 personas y hubo mucha destrucción.
El franquismo divulgó la falsedad de que los aviones eran republicanos. Y que a nadie se le ocurriera decir lo contrario.
Durante la monarquía, aún vigente, los dos partidos gobernantes, PSOE y PP, instauraron la desmemoria, se supone que para que el poder que compartían no se desestabilizara con los trapos sucios de sangre antigua que a tantos políticos de ambos partidos mancharían. Ahí siguen las cunetas, y lo que no son cunetas, como los secretos oficiales guardados bajo siete llaves.
Hoy, 81 años después, el relator, o narrador para no molestar, del documental nos cuenta que, por fin, gracias a que se ha demostrado que fueron los alemanes, se han conseguido reconciliar los habitantes de los pueblos bombardeados. Ni republicanos ni franquistas. Incluso se saca una orden de Franco contra el bombardeo de núcleos urbanos. Lo que nos faltaba.
Deduzco que, tras 40 años de silencio a la fuerza y otros 40 de olvido cómplice, nos esperan ahora 40 más en los que se buscarán culpables no españoles hasta para el golpe de estado del 18 de julio de 1936. Se insinúa que los alemanes habrían bombardeado una España sin Franco, y después vale todo.
Pido que se forme una coalición entre PSOE y PP para exigir a Merkel que repare los daños ocasionados por sus nazis en España, y que también nos pague la factura de la División Azul. De lo contrario, pensaré que los de Sánchez y los de Casado son mucho más franquistas de lo que lo disimulan.