El presidente español en funciones sabe que todo está a su favor, un independentismo en horas bajas con sus líderes prisioneros del régimen español o en el exilio, un Podemos que se debate entre la supervivencia o su liquidación y una derecha que depende del fascismo de Vox.
Ante un panorama como este su principal asesor, Iván Redondo, le propone unas nuevas elecciones que le aproximarían a la mayoría absoluta, eso sí, tiene que parecer que son los otros los que fuerzan las nuevas elecciones. De momento el error de Junqueras de facilitar la investidura de Sánchez gratuitamente sirve para presionar Podemos para que acepte un acuerdo a la portuguesa, es decir quedar-se fuera del gobierno, pero aceptando la gestión del PSOE en los ministerios. Sin lugar a dudas seria el peor de los escenarios, teniendo en cuenta que Sánchez quiere elecciones.
Para Sánchez, el discurso de Rufian es balsámico, presiona a Iglesias para que ceda y los republicanos se convierten en los mamporreros del régimen del 78, ni el mismo Sánchez se lo cree, no quiere ni en pintura a los independentistas, quiere ir a unas elecciones sin que se note su interés.
O Podemos asume el concepto de la República, o será una vez más derrotado y esta vez definitivamente, lo que hace más inverosímil el dócil papel de Rufian y ERC blanqueando un PSOE que cada día tiene más poder, lo podemos ver cómo el PSC ha expulsado a ERC del Ayuntamiento de Barcelona (pacto con los comunes) y de la Diputación de Barcelona (pacto con el PDECAT).