Se han necesitado 20 días y que los migrantes rescatados hubieran comenzado a saltar al mar para llegar a nado a la costa italiana, con el peligro para sus vidas que ello significaba, para que el Gobierno español tomara la decisión de rescatar a los refugiados. No lo hace de la forma más rápida, ni seguramente de la mejor manera (extraña que España no tuviera ninguna embarcación más cercana al Open Arms o que no cuente con otros medios más rápidos de rescate).
Seguramente, no se trata de un rescate deseado, sino que ha sido el temor a que una tragedia aconteciera y ello pudiera suponer un golpe a la imagen del Gobierno lo que ha forzado al rescate.
Sea como fuera, el Audaz ha zarpado esta tarde, a las 17:00 horas, de Cádiz en dirección a la ubicación del Open Arms. Una vez se encuentren, se hará cargo de las personas rescatadas y acompañará a la embarcación de Proactiva Open Arms y a los migrantes hasta el puerto de Palma de Mallorca.
Hubiera sido deseable que no hubieran transcurrido casi tres semanas ni hubieran mediado los severos ataques del Gobierno español dirigidos a los activistas que, a riesgo de sus vidas, estaban rescatando a personas que, de otra manera, posiblemente hubieran muerto y se hubieran sumado a los más de 34.000 fallecidos en el mar Mediterráneo en los últimos años.