El Col·legi de Criminòlegs de Catalunya ha declarado que «no hay ninguna crisis de seguridad en Barcelona», en un comunicado.
La entidad ha apuntado que «ciertamente, en los últimos dos años, la ciudad ha experimentado un crecimiento notable de los hechos delictivos registrados», y que han coincidido el debate de la seguridad y diversos homicidios, que el Col·legi recuerda que no tienen una misma línea porque son por violencia de género, drogas, peleas en vía pública y alguno por robo.
Ha considerado que el aumento delincuencial en Barcelona se enmarca en un crecimiento común, al menos, en el resto del Área Metropolitana, por lo que ha señalado que la respuesta puede contar con acciones específicas, especialmente en puntos turísticos, pero que «tendría que hacerse considerando la totalidad» del entorno barcelonés.
También ha valorado que «la adopción de enfoques preventivos basados únicamente en la persecución y la disuasión policial es preocupante», porque, a pesar de reconocer la importancia de la labor policial, el Col·legi ha asegurado que la evidencia científica ha demostrado reiteradamente los efectos adversos que pueden tener políticas de seguridad de ‘Tolerancia Cero’ o ‘Ventanas Rotas’.
«Algunos de estos efectos incluyen la estigmatización injusta de colectivos específicos, la saturación de los servicios policiales y judiciales o la persecución exagerada de hechos intrascendentes», ha explicado.
Ha manifestado que considera «muy preocupantes la proliferación de discursos que criminalizan y responsabilizan del aumento de delitos al colectivo de manteros y al de menores migrantes no acompañados, que nada tienen que ver con esta situación».
Abordar las «causas profundas»
Ha añadido que «ha de reconocerse el trabajo policial de prevención y reacción, y la necesidad de dotar a los cuerpos policiales de efectivos y medios necesarios para llevar a cabo su labor, pero también ser conscientes de que, si bien el trabajo policial es una parte muy importante de la prevención, hacen falta también otras medidas orientadas a abordar las causas profundas de la delincuencia».
Para el Col·legi, las mejores prácticas en la prevención de los delitos son aquellas que articulan coherentemente respuestas a diferentes niveles, «policial, judicial y social», y recuerda que el deterioro de las condiciones de vida puede afectar al aumento de la criminalidad.