A buen seguro todos habrán leído en varios medios de comunicación esta semana el caso de la soldado artillera C.V.B., de cómo perdió a su hijo durante la convalecencia de una baja derivada de acto de servicio, y de las graves consecuencias disciplinarias que ha tenido para ella ser beligerante en su busca de justicia y restauración de su honor. Cómo lejos de proporcionarle la debida protección, se puso en marcha toda la maquinaria jurídica y sanitaria del Ejército para protegerse de las consecuencias que se derivarían del reconocimiento del acoso laboral que vino sufriendo.
Una protección que debieron haberle brindado no sólo los mandos responsables del Ejército de Tierra, sino algunos miembros de la clase política actual que precisamente llegaron a ese estatus bajo la campaña de perseguir los abusos producidos dentro del estamento militar y defender a las víctimas de esos abusos.
El calvario que ha estado sufriendo la artillera C. no es algo que haya surgido en el último mes, ni siquiera el último semestre, es algo que viene de largo. Y mientras sufría este calvario… ¿Dónde estaba la entonces delegada de la mujer en AUME y defensora de los intereses de sus compañeros de tropa y marinería Mª Teresa Franco Martínez (IMAGEN A)? Hoy es la segunda por el PSOE en el ayuntamiento de Murcia. Tal vez no interesaba pues al no ser el acosador un hombre no había interés político con el que poder mercadear, y además era oficial y compañera de empleo de Zaida Cantera Castro miembro del PSOE.
¿Y dónde estaba Zaida Cantera de Castro (IMAGEN B)? Llegó a su estatus político con la misión de vigilar y perseguir los abusos dentro del estamento militar y defender a las víctimas. Es posible que en este caso supusiera un conflicto de intereses ir contra otra mujer oficial y compañera de empleo de su Ejército de Tierra.
También hablábamos de como estos hechos acabaron siendo denunciados por la vía penal ante el tribunal de Calatayud, a la vista de la más que sospechosa falta de garantías procesales que el JEME (IMAGEN C), el Sr. Varela Salas (parte de LA FAMILIA), pareció permitir en todos los procedimientos a los que fue sometida. Así el sistema disciplinario castrense, lejos de responder a su naturaleza de garante de la disciplina militar, se convertía en una eficaz herramienta de ocultación de la realidad protegiendo a los que la lógica señalaba como culpables, y señalando a la artillera C.V.B. como una militar reprochable desde el primer momento.
Ahora, al no poder doblegar la resistencia y beligerancia de dicha soldado, en un nuevo intento por conseguir la asfixia mental y económica de esta y de su entorno, en lo que en realidad sería una prolongación de la acción acosadora, el Sr. Teodoro Baños (IMAGEN D) le inicia a su pareja que también es militar, el soldado J.M.G.R., un expediente disciplinario por falta grave (IMAGEN E).
De seguro les suena el nombre pues el Sr. Teodoro Baños saltó a la fama por recoger por escrito en una instrucción técnica que el acoso entre militares no existe. Que premonitorio fue firmar la Instrucción Técnica 07-19, verdad Sr. Baños, ahora puede incoar un expediente sancionador por falta grave a la pareja de la artillera C. sin que le puedan acusar de acoso laboral.
Todo apunta además, a que lo ha hecho sin siquiera haber investigado la procedencia de los supuestos documentos probatorios, ni realizar una fase de información previa que pudiera aportar más solidez a los indicios probatorios. Está dando vía libre para continuar hostigando a los militares que denuncian las irregularidades que se cometen en nuestra Institución.
Así, a tenor de la documentación proporcionada en la comunicación del inicio de dicho expediente, todo comienza con un parte que luego es ampliado en otro parte, tras lo que no dejó de ser una fase de información previa, realizada por el Coronel Jefe de la Delegación de Defensa de Zaragoza el Sr. Conrado José Cebollero Martínez (IMAGEN F).
En este acto, La única documentación que se aportó como supuesta prueba irrefutable, fueron una acreditación de apoderado, que en ningún caso es un cargo político, y un acta de escrutinio, ambos documentos obtenidos de una forma con una muy cuestionable legalidad. Es curioso que estos documentos si se aporten pero no el parte por escrito que origina el expediente sancionador, ocultando convenientemente la identidad del autor del mismo, impidiendo así que pueda poner en duda la calidad y veracidad del testimonio de dicho autor. Tampoco se le aportó la ampliación del parte que realizó el Sr. Cebollero y mucho menos una copia de la fase de información previa que realizó.
Y todo esto que supone un claro impedimento o grave limitación de sus derechos de defensa es realizado con la connivencia tanto el señor Teodoro Baños, como el Teniente Coronel Auditor M.A.R.J. y el propio instructor del expediente el capitán E.S.M.
¿Dónde están ahora Zaida Cantera y Teresa Franco?, ¿Piensan hacer algo con esta prolongación al ámbito familiar del acoso que está sufriendo C.V.B., o van a seguir condenándola al ostracismo?
Pero vayamos más lejos aún, hay que carecer de escrúpulos y valores morales, para iniciar un expediente sancionador en base a unos supuestos motivos que la propia Ministra de Defensa, la Sra. Margarita Robles, estima como no merecedores de reproche alguno, como prueba el hecho de que la cabo Mª Teresa Franco Martínez estuviera nombrada como número dos al ayuntamiento de Murcia por el PSOE (IMAGEN G), el partido de la Ministra, estando en activo (IMAGEN H) y sin que se le iniciara expediente disciplinario alguno.
Sí Sra. Robles (IMAGEN I), el hecho de que usted en su resolución le diera antigüedad de 29 de mayo para darle cierta cobertura legal a la sancionable acción de la Cabo Franco, sólo tiene validez a efectos administrativos, como debería saber, ya que disciplinariamente hablando, la cabo Franco tenía prohibido romper su neutralidad política mientras no hubiese sido firmado y publicado su pase a situación de servicios especiales.
Al igual que en el caso de su pareja la soldado artillera C.V.B, gracias al Sr. Vicente Salvador Centelles (subsecretario de defensa durante el 2011), a la Sra. Ministra Margarita Robles (sólo ha demostrado ganas de actuar cuando existía un interés político, léase el caso de Teresa Franco Martínez) y al Sr. Teodoro Baños (tampoco ha demostrado interés por subsanar esta injusticia), el soldado se ha visto solo sin un protocolo al que poder acudir para solicitar protección al sentirse acosado laboralmente por sus mandos.