Nunca fue fácil ninguna lucha por las libertades, por la independencia, ni lo es, ni lo será. Toda lucha necesita, líderes fieles a sus ideales dispuestos a todo por ellos (en e ejército te hacen jurar defender la bandera hasta la última gota de sangre si fuese necesario) cómo no van a comprometerse ningún líder con la independencia, traiga tal compromiso las consecuencias que traiga. Necesita del mismo modo, una llamada hoy “hoja de ruta” hacia el objetivo, y no desviarse de la mismas bajo ningún concepto, más, cuándo es un pueblo el comprometido, ser consciente con, y al qué se está jugando, pero, sobre todo, determinación y voluntad política.
La independencia, la Republica Catalana no tiene vuelta atrás. Este es un detalle que, si bien pudiera parecer obvio o evidente para el pueblo, parece, pudiera parecer que no lo es tanto para los líderes votado para llevar en peso político del procès. No se puede poner toda una maquinaria en marcha e implicar a todo un pueblo, para después dar marcha atrás al primer obstáculo en el camino, por duro que este sea, pues ello conlleva, nada más y nada menos, que la rendición anticipada. Los ejércitos son potentes no solo por el armamento y soldados que estos tengan, sino de la determinación por la lucha y las ganas de victoria.
Sacar a la gente a las calles año tras años con promesas de victoria, y después parar la lucha, o cambiarla de campo de batalla dejando atrás a la gente, es como sacar al ejército a la batalla y huir ante el primer disparo del enemigo. No, si se saca el ejército a las calles es para ir a la guerra con la determinación de hasta la victoria o la muerte, en caso contrario es mejor firmar la rendición sin condiciones antes de comenzar. Por ello, el pueblo de Catalunya volcado en las calles en busca de sus libertades e independencia no tiene marcha atrás, y quién piense lo contrario es que, o bien no vive la realidad de Catalunya o es que no conoce al pueblo catalán. No, no hay marcha atrás.
Pero parece, al menos de eso da la impresión, que algunos políticos, algunas formaciones políticas, esas que empujaron a la gente a salir a las calles, se retiran de la lucha y dejan atrás a su gente a las primeras de cambio. ¿De verdad pensaban que el 1 O, o la DUI no tendría consecuencias? El pueblo salió a la calle determinado a todo, y bien que sabían a lo que se enfrentaba, y bien que recibieron palos, y bien que aguantó hasta que esas imágenes, de tal brutalidad policial, deba la vuelta al mundo y obligaban a su retirada. El pueblo, como siempre aguantó, aguanta y aguantará, porque es el pueblo quien tiene la determinación y voluntad de triunfo. No, ni un paso atrás.
Volvemos a un nuevo 11S y volveremos a escuchar las palabras mágicas de lucha, independencia, Republica, pero el 12S volveremos a ver como, de nuevo se traicionan estas palabras y se negocia en el Congreso de los Diputados de Madrid el facilitar un gobierno español que apoya el 155, el Juicio del 1 O y llama políticos presos a los presos políticos, en base de un “mal menor” y no dar gobiernos a la derecha en el Gobierno de España.
Que yo me aclare, y así nos aclaramos todos. ¿Reconocemos a España?, porque si la reconocemos, ¿a qué jugamos? Aceptemos reformas estatutarias en sus máximos topes de competencias y todos tan contentos. En este caso sí es aceptable facilitar un Gobierno de España de izquierdas antes que no de derechas, ¿pero si no reconocemos a España? ¿Qué más da un gobierno del PP + UP que un gobierno PP + Cs? Ambos son iguales, ambos apoyaran un 155 duro, ambos apoyan un juicio injusto y ambos apoyaran la sentencia del juicio sin rechistar. No, ni un paso atrás.
Sean coherentes con sus promesas, con su pueblo. No ningún partido nacionalista debiera presentarse a las elecciones estatales de un Estado al que no reconocen, y si se presentan ser coherentes con lo que se es, y no jugar intereses partidistas en el mercado persa de los pactos. No, que no, que no debe participar en la política que oprime a los pueblos, que no. Que no se debe pactar ni hablar nada con quienes aún hoy mantiene a los presos políticos en prisión y se niega a pactar salidas democráticas a las legítimas aspiraciones de libertad e independencia de Catalunya. Que no, que ni un paso atrás.
La gente, el pueblo lo sabe, y está determinado a ello. A no dar ni un paso atrás, a no renunciar a su libertad, a pesar de sentir que lo han traicionado, que lo han abandonado algunos de la clase política, porque saben que solo el pueblo salva al pueblo, que solo el pueblo tiene la fuerza, la voluntad política y que, por todo ello, no hay marcha atrás.
Catalunya será independiente con, o sin ayuda de algunos políticos. No, no hay marcha atrás.
Pedro I. Altamirano
@altamiranoMLG
Coordinador Federal del Partido Nacionalista Andaluz “Somos Andaluces”