Los actores principales de la comedia titulada “¿Pactando un gobierno de España?” acaban de romper otro molde, y muchos espectadores deambulan desencajados.
Esta vez ha sido Pablo Iglesias y los titulares de la sorpresa del viernes lo dicen todo.
“Iglesias pedirá al rey una ‘labor de arbitraje’ en favor de un gobierno de coalición”. infolibre.es
“Iglesias pide la mediación del Rey para facilitar la coalición de gobierno”. elpais.com
“Iglesias avisará al rey de que se abstendrán en una investidura si Sánchez no acepta la última oferta”. publico.es
“Iglesias pide al Rey una labor de ‘mediación’ para evitar elecciones con una coalición”. elconfidencial.com
“El republicano Iglesias pide al Rey que medie ante Sánchez”. larazon.es
“Iglesias pretende que el Rey convenza a Sánchez de que incluya a Podemos en su gobierno”. elmundo.es
“Iglesias pide la mediación del Rey para convencer a Sánchez de la coalición”. elnacional.cat
Por último, eldiario.es y abc.es eligen otro texto para el titular, pero subtitulan, respectivamente, de la siguiente manera:
“Iglesias pide la ‘mediación y arbitraje’ de Felipe VI: ‘Sería bueno que la institución monárquica asuma una de las tareas constitucionales atribuidas’ a ella”.
“El líder de Podemos pide la Rey que actúe de ‘árbitro’ contra el bloqueo de Sánchez para ‘evitar otras elecciones’ el diez de noviembre”.
Seguro que se ha fijado usted en el detalle de que dos de los titulares escriben “rey” y no “Rey”.
La unanimidad mediática es aplastante. Por tanto, la información es cierta.
Además, Pablo Iglesias ni lo ha desmentido ni ha dicho que se tratara de un error, algo muy difícil, porque sus palabras están grabadas en TV.
Menos aún, “antes muerto que sencillo”, tampoco ha reconocido que se tratara de una idea loca que le pasó por la cabeza en ese momento, pero de ninguna manera, ha reflexionado y el rey no tiene que intervenir en absoluto, y que si los líderes se reunieran con una estatua en La Zarzuela el resultado sería el mismo.
De hecho, a ningún diputado le suspenden su derecho de voto en la sesión de investidura por poner al rey en su sitio, es decir, solo, dejando de acudir a esas reuniones, todas tan prescindibles. Y más desde que Rajoy dejó a Felipe VI a la altura del betún, renunciando a negociar la investidura tras las urnas del 20D de 2015.
¡¡Y ahora nos viene Pablo Iglesias, a potenciar el papel del rey!!
¡¡Cuánto nos recuerdan ambos, político de Podemos y monarca, a los Felipe González y Juan Carlos I de 1981, triunfadores tras un 23F en el que muchos pensaremos que ambos estuvieron implicados, en distinta forma y medida, contra Suárez!!
Al menos hasta que no se levanten todos y cada uno de los secretos oficiales que tanto nos ocultan a los que pagamos, en beneficio de tanto privilegiado.
Podrían comenzar por ahora mismo, retransmitiendo en directo los encuentros del rey y los políticos para las investiduras. Y sin la menor censura. Todo sea por la transparencia.
Pablo Iglesias no es consciente de que estas salidas del tiesto rompen para siempre la confianza de muchos votantes de Podemos. Solo hay que ver muchos de los comentarios de lectores en los foros de las noticias citadas al principio.
Hace cuatro días, ante la pregunta inevitable sobre qué votará UP si no hay acuerdo con el PSOE, Iglesias respondió que se abstendrían, con el argumento de que eso fue lo que votaron los adscritos de Podemos en la consulta que celebraron durante las negociaciones, a comienzos de verano.
En cambio, ayer, Pablo Iglesias ni siquiera dijo que la idea de implicar al rey en la investidura haya sido debatida en los órganos de dirección de Unidas Podemos. Es muy probable que algunos de los que se mueven en las cercanías de Iglesias y Montero se hayan llevado las manos a la cabeza.
Pero claro, en España, por mucho que los periodistas pongan la actualidad al rojo vivo, son incapaces de hacer las preguntas que solo se pueden contestar con la verdad, o quedar como un embustero.
Por ejemplo:
“Señor Iglesias, ¿cuenta usted con el apoyo efectivo del resto de dirigentes de UP para hacer esta propuesta al rey? ¿quiénes saben ahora que usted iba a comunicar esta bomba informativa? ¿quiere que llame a Alberto Garzón para preguntarle si está al corriente?
Estas son las preguntas que haría un periodista de la BBC a cualquier político inglés.
Con un periodismo así durante 40 años de libertad de prensa, solo habrían resistido en España políticos que hubieran aprendido a pactar.
Y a no llevar los problemas políticos a los tribunales.
Cuando un partido político se acerca al abismo de la descomposición, como podría estar ocurriendo en Podemos desde hace tiempo, y quizás Pedro Sánchez tenga información privilegiada al respecto, a su líder máximo, y siempre principal responsable de la crisis, pueden ocurrirle dos cosas ante la prensa:
· Lo normal es que no pueda contener ese impulso que le lleva a manifestar, en todo momento, que la crisis interna se debe a que todos, menos él, están equivocados.
· Lo excepcional es que responda como si tuviera dos yemas de sendos huevos duros en la boca.
Esto último tampoco le ocurre a Pablo Iglesias.
En lo que sí se diferencian todos es en la versión que eligen para afirmar su liderazgo en medio del desastre.
La de Iglesias parece que ha sido apuntar por elevación, eligiendo convertirse en “hombre de Estado” con la ayuda del rey.
Por lo tanto, “hombre de Estado monárquico”.
¿Pero, a que viene tanto fracaso a la hora de negociar gobiernos de España?
Lo cierto es que los cuatro partidos importantes están hechos unos zorros.
Ahora, olvidemos la deplorable realidad e inventemos nuestro pasado.
Lo que ahora se ha convertido en una comedia tiene mucho que ver con la carrera universitaria, solo para políticos, denominada “Pactar gobiernos de España”, que permaneció en la oferta educativa durante unos años tras la muerte de Franco.
El caso es que se terminó sacando de la oferta educativa por ausencia de alumnos: nadie se matriculó nunca. Los potenciales interesados, adoctrinados cuando niños durante la dictadura, llegaron a un periodo de libertad siempre vigilada creyendo saberlo todo sobre la democracia.
¡¡Y cuan fácilmente se transmite la soberbia de generación en generación!!
Cuarenta años sin periodistas al ataque contra políticos sabiondos y soberbios.
Mientras tanto, si Junqueras, con muchos votos fuera de Catalunya demostrados el 26 de mayo, se atreviera, un gesto suyo podría ser suficiente para atraer a muchos militantes de Podemos que, por fin, se están dando cuenta de que es el momento de saltar desde la incoherencia que avergüenza hasta las estrategias necesarias para eliminar instituciones que solo representan peligros.
O, lo que es lo mismo, una coalición republicana en serio, y a nivel del Estado, para pedirle a Felipe VI las llaves de La Zarzuela.