Catalunya está en todo su derecho a escoger el camino de la Desobediencia Civil –en mayúsculas- cuando son ‘palabras mayores’ y se habla del ‘Procés’. Como ejercicio de unos derechos adquiridos por la ciudadanía a través de una sociedad madura y responsable. Quien conoce a España, sabe que no hay más vías que la única vía.
La reflexión que le queda a Catalunya en todo esto, sería, viendo la respuesta del Gobierno sea de izquierdas o de derechas, y de no sentarse a dialogar, a no querer escuchar, a ningunear de manera supina a los líderes políticos independentistas, de permitir que se politice la justicia, de ordenar represión y más represión, policial, judicial, administrativa, etc. ¿Qué otra alternativa le queda?
La “desobediencia” puede definirse como, cualquier acto o proceso de oposición pública desobediendo una ley o una política adoptada por un gobierno establecido, que la lleva a cabo para conseguir y mantener, unos fines sociales concretos a su criterio». La “desobediencia” puede ser activa o pasiva.
El término «civil» hace referencia a la procedencia de esa desobediencia, que en este caso es reconocidamente ciudadana, cívica y social. En otras palabras, «civil» indica que el objetivo principal de la desobediencia es traer cambios en el orden social o político en una sociedad. Podría ser “militar”, y haríamos referencia al ámbito castrense.
Los actos de desobediencia civil son parte de un estado de derecho democrático y se desarrollan en sociedades maduras que logran procesar sus conflictos aceptando que las leyes e instituciones legalmente establecidas pueden “fallar”, admitiendo un espacio para la construcción de interpretaciones distintas a las predominantes que, sin embargo, pretenden ser consideradas justas.
La opinión generalizada de que todo acto contrario a la ley es siempre un acto ilegal que merece tanto el castigo positivamente definido como la condena social, admite otro análisis desde la perspectiva de la desobediencia civil. La Historia está llena de ejemplos de Desobediencia Civil activa a lo largo del tiempo. El Motín del Té, o Boston Tea Party -primer acto de protesta contra Gran Bretaña y considerado el precedente de la independencia de los Estados Unidos- es un ejemplo de ello.
“Desobediencia Civil pasiva” como La Marcha de la Sal, también conocida como the Dandi March y Salt Satyagraha, que fue una manifestación dirigida por Mahatma Gandhi, Tambien por un motivo de Independencia contra Gran Bretaña, en este caso de la India.
Y así muchas otras desobediencias pacíficas más. Si la historia pone ejemplos, ¿quién dice que Catalunya no tiene absolutamente derecho a la Desobediencia Civil?
La cuestión es que estamos en el siglo XXI, en el año 2019. Las fórmulas de gestionar desobediencias son otras, para que surtan efecto. El bloqueo de la economía, sería una. El ex President legítimo en el exilio, Carles Puigdemont, avaló todo lo que se haga en este sentido. Incluido un bloqueo de la economía. Según sus palabras, “La vía de la desobediencia, la resistencia no violenta, se practica y se practicará en todas las democracias del mundo, no nos hemos de alarmar”. “Todo lo que fuerce al Estado a negociar es bueno, siempre en el marco de la no violencia”.
El lider de Esquerra Republicana, y preso político, Oriol Junqueras, tambien lo tiene en mente: «Si hace falta, dijo hace unos meses antes del Juicio farsa al Procés, hay que apostar por la vía de la movilización masiva y la desobediencia civil, como nos enseñaron grandes líderes y referentes de la paz y de los derechos a nivel mundial como Martin Luther King y Mahatma Gandhi, y como ya ejemplificamos el 1 de octubre» de 2017.
Jodi Cuixart, Presidente de Òmnium y lider social, nombrando ‘alguna vez’ “Desobediencia Civil” en el Juicio farsa al Procés:
Desde Catalunya Radio.
Master Class de un español, Javier de Lucas, catedrático de filosofía del derecho y filosofía política en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, Fue Director del Colegio de España en París, y experto para la Unión Europea, habla sobre el derecho a la Desobediencia Civil:
Desde Attac TV.
Hoy decía la Periodista Pilar Rahola: «La crítica, elevada a categoría de apología de alguna maldad penal; la protesta, bajo sospecha de revuelta; la desobediencia, transformada en sedición, y de ahí, a la rebelión. Y, al final, todo elevado a categoría de terrorismo.»
No hay más Vía Libre para Catalunya que la «Desobediencia Civil» no revisable ¿alguien lo duda?