Ayer, durante el debate de cara a las elecciones generales del próximo 10 de noviembre, la imagen de cinco hombres debatiendo sobre Catalunya, feminismo y violencia machista mostraba que, por muchas palabras que se dijeran, no había una verdadera igualdad.
Hablaban sobre Catalunya sin la presencia de ningún líder catalán independentista o que, como mínimo, no defienda el intervencionismo en la comunidad autónoma. Lo hacen sin debatir y sin ningún rubor, en plan:»como ya sabemos lo que quieres y eso no entra, no vienes y calla, que ya decidiremos nosotros por ti.» A partir de ahí, se pelean entre ellos (como machos alfas) para ver quién luce la rojigualda más grande y consigue más votos en España a costa de hacer campaña contra Catalunya.
Las mujeres que vieron el debate aplaudieron las palabras de Ana Blanco y mostraron su descontento por que, otra vez más, las mujeres no tuvieran un hueco en la imagen de los candidatos a la presidencia del gobierno.
Así de crudo lo tenemos. Cuánto cariño, cómo nos quieren.