«Proponemos a los representantes de las candidaturas de los grupos políticos que hicieron posible el 1 de octubre y la declaración de independencia, que al margen de los resultados que cada uno obtenga, consideramos seriamente la oportunidad que exista en el Congreso, por primera vez, una representación oficial en nombre de la República Catalana «. Esta es la demanda que hacen hoy Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, apostando por «un grupo parlamentario de la República Catalana».
Y es que, los líderes catalanes en el exilio auguran que las elecciones españolas del 10-N pueden resultar «muy favorables» para el independentismo «en conjunto» y «situar el número de diputados del soberanismo republicano cercano al 50% o por encima «. «La voz de la República Catalana puede irrumpir con fuerza en Madrid y puede actuar políticamente desde la diversidad de perfiles y sensibilidades que habrá representadas», apuntan.
Y aseguran que «en la acción política, y para la visualización y eficacia de la lucha por el reconocimiento y explicación de la República, es una oportunidad extraordinaria que se pueda formar en el Congreso un gran Grupo Parlamentario de la República Catalana formado por los representantes que elija el pueblo de Cataluña en listas soberanistas «.
En este grupo, afirman, habría «libertad de voto de los diferentes colectivos de representantes», se acordarían los tiempos de intervención y de control parlamentario «en función de la representatividad que cada candidatura obtenga» y se «permitiría» a representantes de cada candidatura «tener la visibilidad propia que consideren». «Este grupo parlamentario ejercería el control del Gobierno, la iniciativa parlamentaria y la
interlocución política con el resto de grupos en nombre de la República Catalana «, concluyen.
