La falta de verdadera democracia en España hace ver como un triunfo que un dictador como Francisco Franco Bahamondes, haya tardado 44 años en desalojar su mausoleo. Los déficits democráticos, cuando hablamos de Memoria Histórica y de los derechos de las víctimas de la dictadura, son tradición en España.
Ahí están las recomendaciones de la ONU, que ha advertido en multidutd de ocasiones sobre la indecentes alavanzas al fascismo que impuso Franco. También es innegable que hoy por hoy el Valle de los Caídos continúa siendo un lugar de exaltación de la dictadura franquista.
No hay mejor prueba de ello es que la tumba de José Antonio Primo de Rivera sigue en un lugar predominante y cuál ha sido la posición del prior de la basílica durante todo el proceso de exhumación de Franco. Sin embargo, y como dice el refranero popular, «que las ramas no nos impidan ver el bosque».
Este 20 de noviembre supone el primer aniversario de la muerte del dictador en el que sus restos no están en el Valle de los Caídos. Una realidad que supone una victoria de los demócratas. Sin embargo, en este 20-N también se corre el riesgo de vivir en las calles un auge ultraderechista. Veremos cuanto dura.