La manifestación partió poco después de las doce del mediodia de la Plaza de Hiroshima y Nakasaki, para alcanzar la Avenida Conde de Vallellano y cruzar el río por el puente romano, que ha quedado inundado por los manifestantes, hasta la Torre de la Calahorra. Se celebra aquella magna manifestación de 1977, en que, según los cicateros datos de los Gobiernos Civiles, Córdoba reunió a más de cien mil personas y conjuntamente en las once poblaciones dónde se desarrolló de forma simultánea, salieron a la calle más de dos millones y medio. Según datos oficiales, repetimos.
Los números no son los de aquel momento, muchas y variadas circunstancias, de todos conocidas, han hecho disminuir el sentimiento nacionalista andaluz. Un sentimiento que empieza a renacer y que lleva a algunos de los participantes en esta manifestación a reclamar un mayor sentimiento soberanista porque “el sentir del 4 de diciembre no debe ser el de repetir el 28 de febrero. Dejemos que el 28 de febrero sea una reclamación heterogénea, dónde tengan cabida nacionalistas y regionalistas y reservemos el 4-D para reclamar la verdadera y única solución para Andalucía, que no es otra que la asunción de nuestra plena soberanía“, ha afirmado Pedro I. Altamirano, Coordinador General del Partido Nacionalista Andaluz Somos Andaluces, quien ha acudido con otros miembros de su partido.
Junto a ellos, una nutrida representación de la Asamblea Nacional Andaluza, cuyo presidente, Salvador García Urbano, ratifica las palabras del anterior: “Andalucía tiene muchos problemas; y todos esos problemas son Andalucía. Los colectivos que reclaman derechos y medios para educación, pensiones, vivienda, cultura, sanidad, etc., deben tener claro que todo eso es Andalucía. Que son problemas de Andalucía. Y que esos problemas solamente tienen solución cuando Andalucía sea dueña de su destino, es decir, de su gobierno“
Desde la cabecera de la manifestación, los organizadores, un grupo de personas pertenecientes a varias entidades, se han mostrado muy satisfechas por la participación, sostenida por la intervención de diversas entidades culturales y sociales. Para los responsables de la ANA y del PNA Somos Andaluces, el espíritu 4-D ha podido ser mantenido por estas dos organizaciones, Adelante Andalucía y el SAT, que es la organización que ha aportado el mayor número de participantes.