Por lo visto, parece ser que los CDRs a los que se les aplicó la ley antiterrorista no eran tan terroristas como nos lo vendieron Marlaska-Sánchez, la Guardia Civil, la Fiscalía, Ana Rosa, Susanna Griso, Ferreras y tantos más que rinden pleitesía a los poderes del reino en lugar de a la verdad o, si más no, a la objetividad profesional.
¿Quiénes les repondrán las vejaciones y los meses sufridos por disponer de material pirotécnico y una urna del 1-O? ¿Serán las cloacas que montaron la operación al estilo plantilla vasca o serán los mismos medios que les lincharon públicamente, tal como hicieron con los profesores del IES Sant Andreu a los que un año después del 1-O absolvieron de cualquier falta o delito?
Ni las cloacas ni los medios a sus órdenes dirán nada que les incrimine en su labor de sembrar mierda o de intentar joderle la vida a todo aquel que no piense como un Ñordo.