Acaba el 2019. La propaganda es un arma de doble filo. Se la creen los incautos y embelesa a los que la propagan. Sobre todo, cuando se cruza por medio la propaganda disfrazada de política, lo que explica, por ejemplo, las interpretaciones que se han hecho en los últimos días del año sobre el sorpaso que ha realizado la Comunidad de Madrid a Cataluña en términos de contabilidad regional.
Es decir, el instrumento que utilizan los economistas para medir el volumen de riqueza generado por un territorio durante un periodo determinado, normalmente, un trimestre o un año. Pero claro, si Catalunya se quiere ir del resto de España, está bien vender que la Comunidad de Madrid es la fuerte económicamente, que no cunda el pánico ante todo.
Como se supo hace unos días, el Instituto Nacional de Estadística ha estimado que en 2018 el PIB de Madrid se situó en 230.794 millones de euros, lo que supone el 19,2% del conjunto de España. Es decir, por encima de los 228.682 millones de euros de Cataluña, cifra que equivale al 19% del PIB del conjunto del Estado. Desde 2013 no sucedía algo parecido, que Madrid, con casi un millón de habitantes menos, fuera más ‘fuerte’ que Cataluña en términos económicos.
Este sorpaso, que es inferior al 1% entre ambos territorios, se ha interpretado como una consecuencia lógica del dinamismo de Madrid, que crece más que Cataluña (además de estar atrapada en el bucle del ‘Procés’) con la consiguiente fuga de empresas, pero no dicen que estan alentadas y ‘subvencionadas’, por el Gobierno central de Madrid.
Esto hace que se favorezcan los servicios -restaurantes, bares, etc.- o por su política de bajada de impuestos o por su estrategia liberalizadora, o por las dos, ya muchas empresas prefieran instalarse en la capital de España o en sus ciudades adyacentes. Se conoce perfectamente, que la fuga de empresas a raíz del 1-0 ha influido en el sorpaso.
Si las empresas por el trapicheo del Ministerio de Hacienda que es quien decide a quien ayuda y como, la que da los números al INE, a esa elasticidad y comodidad financiera tributando al estilo Moscovita (que posee el 80% de los ricos de toda Rusia gracias a esa ayuda centralista), hasta se queda corto ese 1 % del que hablan.
Y el dato más significativo, la productividad sigue estando en Catalunya. Una cosa es donde se pagan los impuestos y otra muy diferente dónde se crea riqueza, que es la que mueve la economía. La que da puestos de trabajo y hace prosperar un territorio. No la que gana dinero y lo invierte en pagar a miles de funcionarios con cargos que no aportan nada al crecimiento económico.
