No sabemos si el monarca siquiera intuye la que tiene su reino encima,como para hacerse el gracioso en estos momentos. Todo viene porque una vez que Sánchez ha prometido su cargo en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, Felipe VI se ha dirigido a él para darle la enhorabuena, momento en el que el jefe del Gobierno ha afirmado: «Ocho meses para diez segundos».
Unas palabras, que han podido escuchar los periodistas que cubrían la ceremonia, con las que Sánchez se ha referido a la breve duración del acto de la promesa frente a los ocho meses transcurridos desde las elecciones generales del 28 de abril.
Pero buena cosa ha hecho Sánchez para rebajar tensiones tras la dificultosa y delicada envestidura. Como si quisiera imitar a su padre, pero sin tener la socarronería de Juan Carlos I, el Borbón le ha apostillado por la brevedad del juramento, que ha sido «rápido, simple y sin dolor», como si de un simple parto de mujer se tratara, y acto seguido ha precisado con el tono de hacer una ‘gracia’ «el dolor viene después».
El comentario ha sido acogido con risas por parte del presidente del Gobierno, para romper las tensiones, quien no ha tenido más remedio que excusarse ante Felipe VI para decirle: «Le hemos dado muchas preocupaciones». Sánchez también ha comentado al jefe del Estado que le veía «más delgado».