La realidad es la que es. El Estado español, con una elevadisima carga fiscal por los gastos que supone manternerlo (está al borde de la quiebra técnica), con instituciones deficitarias o directamente parasitarias, se sustenta en parte gracias al expolio en el que tiene sangrando como prisionera a Catalunya.
El expolio sigue año tras año y se hace insoportable por los ciudadanos de Cataluña, sea cual sea su procedencia
El déficit fiscal de Cataluña con el Estado superó los 16.800 millones de euros en los ejercicios 2015 y 2016, según las últimas actualizaciones de la balanza fiscal de la Dirección General de Presupuestos de la Generalitat. Los datos se incluirán en el informe económico y financiero que acompaña a los presupuestos 2020. De acuerdo con estas cifras, el déficit fiscal de 2015 supuso el 8,2% del PIB, en un año en que los catalanes aportaron 18,9% de los ingresos del sector público español y recibieron el 13,2% del gasto. Con respecto al 2016, el déficit equivaler al 7,9% del PIB. Aquel año, Cataluña aportó el 19,2% de los ingresos y recibió el 13,5% del gasto.
Los ingresos aportados por Cataluña tienen un peso similar al peso del PIB catalán; en cambio, el gasto del Estado se sitúa casi seis puntos por debajo, con una aportación del 19% y un retorno del 13%
De acuerdo con este método, el déficit fiscal de Cataluña en el año 2015 fue de 16.803M €, un 8,2% del PIB catalán. Aquel año, Cataluña aportó el 18,9% del total de ingresos del sector público central y recibió el 13,2% de su gasto. En 2016 el déficit fue similar, 16.801 M €, un 7,9% del PIB. Aquel ejercicio, Cataluña aportó el 19,2% de los ingresos y recibió el 13,5% del gasto. En ambos casos, se constata que los ingresos aportados por Cataluña tienen un peso similar al del PIB catalán, mientras que el gasto del Estado se sitúa casi seis puntos por debajo de este porcentaje.
El gasto discrecional del Estado en Cataluña, por debajo del 9%
Si se excluyen las operaciones de la Seguridad Social (SS), que por sus características son gastos no discrecionales, el diferencial entre el peso de los ingresos aportados y los gastos recibidas se incrementa sustancialmente. Esto se debe a que el gasto de la Seguridad Social -básicamente pensiones y prestaciones de desempleo- no está sujeta a la discrecionalidad de las políticas territoriales del Gobierno central, sino que son derechos adquiridos por los ciudadanos a título personal. En el caso del flujo monetario, los ingresos aportados por Cataluña sin incluir la SS continúan representando un peso similar al del PIB (19%), pero el peso porcentual de los gastos se sitúa en un 8,1% en 2015 y el 8, 6% en 2016. Esto hace que el diferencial de los ingresos respecto a los gastos supere los 10 puntos.
El documento de actualización de la balanza fiscal de Cataluña con el Estado para los años 2015 y 2016 se puede consultar aquí: Balanza fiscal años 2015 y 2016.
