Es una cuestión de Estado. Pero, tarde y mal. La catalanofófia mezclada con la posesión y la unidad de España, tiene eso. El líder del PP, Pablo Casado, ha anunciado que su partido «se presentará» en el procedimiento del Tribunal Supremo para impedir que el presidente catalán, Quim Torra, su antecesor, Carles Puigdemont, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, vean «restituidos» sus escaños en el Parlament y la Eurocámara, e intentar ‘vender’ que los pierdan.
Lo ha dicho en un acto político del PP celebrado en Murcia, donde ha asegurado que resulta “triste” que la oposición tenga que tomar la iniciativa ante el Supremo contra los independentistas catalanes porque “ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado van a hacerlo”. No le importa lo que ya hayan dicho fiscalia del TS o el TJUE.
Casado ha señalado en un momento de su discurso que el PP quiere “despolitizar la Justicia” mientras el PSOE le está acusando de bloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) un reproche que interpreta vomo otra “cortina de humo” del Gobierno.
Porque el líder socialista, Pedro Sánchez, ha recordado, ya dijo en el debate de investidura que quiere “desjudicializar la política”, algo que ve “un disparate” y que supone que para el presidente del Gobierno que la Fiscalía “actúe contra alguien que se ha declarado en rebeldía” como Quim Torra “es una zancadilla”.
“Nosotros no podemos ser un parapeto, una excusa para que Sánchez siga pisando la separación de poderes y la independencia judicial”, ha agregado Casado. En todo caso, ha emplazado a Sánchez a llamar al PP si quiere que el CGPJ tenga “la independencia” en la elección de sus vocales o si quiere reforzar la euroorden o recuperar el delito de rebelión impropia.
